
Balaídos; el principio de un calendario repleto de partidos
La tregua liguera, concedida por los compromisos internaciones clasificatorios para el Mundial de 2014 en Brasil, ha llegado a su ocaso. El tercer fin de semana del mes de octubre supone el regreso de las batallas adscritas a la Liga BBVA. La hoja de ruta del Levante está claramente marcada. Por el firmamento asoma el partido ante el Celta de Vigo. El duelo aparece, pero no despunta todavía. Habrá que esperar a la jornada del lunes para materializar definitivamente, y sobre el tupido verde, el choque de fuerzas que significa medirse a la sociedad celeste en el feudo de Balaídos. El partido inaugura una nueva secuencia en el formato del campeonato de la regularidad. Los enfrentamientos se concatenan en las próximas fechas y el calendario se comprime y se hace algo más aristado. Los duelos se sucederán y los jugadores repetirán el protocolo que significa atarse las botas, ajustarse las calzas y saltar al rectángulo de juego en busca del maná que significa conjugar con una nueva victoria.
En ese sentido, la cita en tierras gallegas marca el inicio de un par de semanas de máxima actividad. Espanyol, Betis, en jornada intersemanal, y Granada establecen la acción del relato que afrontará el grupo que conduce Joaquín Caparrós instalado sobre el pasto verde. Superada la octava jornada del campeonato de la regularidad, el Levante con una renta conseguida de diez puntos se sitúa, en la clasificación general, por encima de la mayoría de los adversarios con los que se batirá en el tiempo más reciente, si bien las distancias con respecto al Granada y Betis son mínimas, cifradas en dos puntos. El caudal aumenta si la comparativa se establece con el Celta de Vigo; cuatro puntos, y únicamente hay una tendencia a la inversa si se escruta el rendimiento del Espanyol, aunque las diferencias, en este caso, tampoco son definitorias; un punto.
De hecho, el Levante defenderá en Vigo la novena posición en la tabla mientras que el Espanyol ocupa un peldaño por encima con once puntos. Es una evidencia que hay un cambio de registro respecto al duelo postrero frente al poderoso Real Madrid. La cronología fija dos duelos en el Ciutat de València y dos visitas a Vigo y Sevilla. No obstante, y a pesar de la cruel derrota consumada en el suspiro final, el choque ante la institución que prepara Carlo Ancelotti estableció un itinerario que el bloque pretende recorrer escrupulosamente en las siguientes paradas de la Liga BBVA. La derrota no puede difuminar, ni tampoco ocultar, el sentido del juego impreso por el Levante ante un adversario en realidad tan feroz como temible que estuvo arrinconado y contra las cuerdas tras la diana de Nabil El Zhar.
El parón de la competición ha permitido liberar la mente de los futbolistas, algo enturbiada tras los últimos sucesos acaecidos. Para Joaquín Caparrós se trata de un período de máxima fertilidad en la asimilación de los conceptos futbolísticos que le definen como entrenador. El técnico ha dispuesto de dos semanas en blanco para profundizar en la filosofía que pretende instaurar y también para recuperar efectivos con un innegable ascendente en el colectivo. El Levante empieza a ser un equipo reconocido y su imagen responde a unas coordenadas determinadas. Recuperado el orgullo de pertenencia, el blasón de la autoestima y una vez olvidada la frustración inherente al gol de Cristiano Ronaldo, el desafío es diáfano; la victoria que permita engordar el granero.