
Fue en el minuto sesenta y ocho de la confrontación que el pasado domingo cruzó al Levante ante el F.C. Barcelona cuando Camarasa saltó desde el banquillo al interior del verde del Ciutat de València como relevo de Deyverson. En ese momento el mediocentro elevó sus registros personales en el ámbito de la Primera División hasta los cincuenta partidos. Quizás el destino le deparó una cita repleta de simbolismo para celebrar el medio centenar de compromisos en la máxima categoría del fútbol español abrazado a la camiseta azulgrana del Levante. El líder de la Liga BBVA aterrizó en el barrio de Orriols para alcanzar una victoria que la escuadra de Rubi pareció negarle en distintos lances de la confrontación. En ese sentido, hay una cierta idea de continuidad con el choque que significó su estreno en la principal división. Camarasa se alistó al ejército que dirigía Joaquín Caparrós en la claridad de enero de 2014 en un derbi que enfrentó a las dos principales representaciones de la ciudad del Turia.
Mestalla fue algo así como su pila bautismal en el contexto de la Liga BBVA, si bien su debut con la elástica granota fue anterior en el tiempo y respondió a la eliminatoria de dieciseisavos de Final de la Copa del Rey que enfrentó al Levante y al Recreativo de Huelva en tierras onubenses en diciembre de 2013. Apenas un mes distancia aquellos dos acontecimientos que marcan el arranque de su cronología en las filas de la sociedad levantinista. No obstante, parece evidente que el verano de 2014 significó una profunda catarsis en su corto recorrido como profesional del balón. En el fútbol, en ocasiones, hay decisiones que pueden proponer una variación notable en el status personalizado. Desde ese prisma, la llegada al banquillo de José Luis Mendilibar significó una apuesta sin concesiones por las prestaciones del futbolista formado en la cantera del Levante. En el periodo estival quedó patente que el rol de Camarasa en el bloque podía permutar. No era una simple apreciación. Los datos ratificaban esta tendencia.
La confianza ilimitada emitida por el preparador vasco guio su definitiva conversión en futbolista adscrito al umbral de la Primera División. En ese sentido, el mundo pareció acelerarse a su alrededor. Camarasa se estaba cortando el pelo, literal, cuando conoció su incorporación al entramado de la Selección Española Sub’21 para un compromiso amistoso. Y Albert Celades, en el ejercicio actual, decidió incluirlo entre los inscritos para afrontar los enfrentamientos ante Georgia y Croacia. No eran encuentros secundarios. La rojita se proyectaba hacia el Campeonato de Europa y el jugador granota dejó su estela en el partido ante Georgia. El centrocampista cumple en el presente su tercera temporada, si bien en su primera experiencia conjugó apariciones en el universo del equipo de Joaquín Caparrós con confrontaciones vinculado al filial. Víctor Camarasa atraviesa un período de efervescencia asentado ya de facto en la primera plantilla. Los números resaltan su influjo. Suma 23 partidos, 17 como titular, que trufa con la adquisición de dos goles. Con 1620 minutos a sus espaldas es el centrocampista azulgrana más utilizado.