
Cinco razones para no perderse el duelo entre el Levante y el Huesca
Los argumentos se amontonan. El encuentro entre el Levante y el Huesca, que echa definitivamente el telón el ejercicio liguero 2016-2017, no está desprovisto de heráldica. El orgullo de mantener la condición de invicto en el Ciutat de València, en un curso sin heridas en tal sentido, se cruza con la posibilidad de aumentar el expediente de victorias en una temporada o superar las veinticinco confrontaciones sin conjugar con la derrota a caballo entre los ejercicios 1998-1999 y 1999-2000 con Pepe Balaguer como conductor de la nave azulgrana. Las razones aumentan si se centra la atención en la figura de Raúl Fernández. El arquero vasco puede adquirir la inmortalidad y convertirse en la negación del gol de la categoría de Plata. El choque concluirá con un emotivo traspaso de poderes. Los héroes de la temporada 2003-2004 entregarán la Copa de Campeones, que conquistaron bajo la égida de Manuel Preciado, al colectivo que representa desde el banquillo López Muñiz.
El partido de Raúl Fernández
El enfrentamiento adquiere calado para la figura de Raúl Fernández. El guardameta azulgrana mantiene una enconada batalla en las postreras semanas por la consecución en propiedad de la condición que le acredite como el mejor cancerbero de la categoría de Plata. La lucha con Badia, cancerbero adscrito al Reus, parece realmente titánica. Apenas si hay márgenes de separación entre los dos porteros. Y los flujos van variando semana a semana. La distancia es realmente exigua. Edgar corona la cima de la tabla con un coeficiente de 0’68 goles en 41 partidos. Raúl le pisa los talones con 0’69 dianas en 32 choques. No obstante, las cartas están marcadas.
El meta vasco se convertirá en la negación absoluta del gol del ejercicio 2016-2017 si es capaz de preservar los tres palos que ejercen de divisoria de la zona que defiende durante 61 minutos de la confrontación que mañana cruzará al Levante y al Huesca en el feudo del Ciutat de València desde las 20:30 horas. En el caso de completar los noventa minutos deberá mantener su marco inmune durante el total del duelo. Alejado de la portería en las últimas semanas, Muñiz no se pronunció respecto a su titularidad en la rueda de prensa efectuada en la jornada de ayer.
Un Levante intratable en condición de local como aconteció en el curso 1988-1989
Lo advierte la estadística; no hay rastro de entrega en el expediente azulgrana como local durante la evolución y el desarrollo del curso 2016-2017. El Levante se muestra refrectario a la derrota en su espacio más íntimo y cercano. Y la huella de la competición es profunda después de cumplimentar la práctica totalidad del ciclo en calidad de casero desde la anunciación de los primeros rayos solares campeonato de la regularidad en el Ciutat en los días finales de agosto de 2016 coincidiendo con un duelo que enfrentó a las huestes levantinistas y al Alcorcón (2-0). El aspecto dimensiona los sucesos acaecidos en suelo granota. Los números que acumula acentúan el poderío de la escuadra blaugrana.
El Levante ha despachado en este trecho a diecisiete adversarios. Únicamente Getafe, Cádiz y Reus extrajeron réditos del barrio de Orriols en foma de igualadas. Y el Huesca puede cerrar un círculo brillante y excelso. De hecho, hay que remontarse en el tiempo hasta la temporada 1988-1989 para rastrear el postrer precedente en tal sentido. El Levante de Roberto Álvarez cerró un curso inmaculado en su territorio más próximo en el ámbito del Grupo IV de Segunda División B. No hubo dudas, ni titubeos. Su paso fue firme y convincente tras sumar diecisiete victorias y dos empates. En la fortaleza de Orriols cimentó su conversión en equipo vinculado al universo de la Segunda División tras una prolongada travesía surcando las tinieblas.
El Levante de Muñiz desafía las 25 semanas invicto de la Era Balaguer
Quizás haya que infiltrarse por la espesura de la línea del tiempo para fijar la acción a lomos de las temporadas 1998-1999 y 1999-2000. Pepe Balaguer adquiere ascendencia si se remontan los afluentes de la historia. Aquel Levante de fin de siglo firmó un armisticio para excluir la derrota entre el 29 de noviembre de 1998 y el 30 de enero de 2000 en competición liguera. Fueron veinticinco partidos sin pactar la rendición a caballo entre la Segunda División B y el retorno a la categoría de Plata, si bien no se incluyen los tres duelos adicionales adscritos a la Promoción de ascenso ante Almería, Bermeo y Real Madrid B. Esta etapa nació con un enfrentamiento ante L’Hospitalet marcado por la diana de Gartzen (1-0).
Y las coordenadas se mantuvieron hasta la aparición resplandeciente del Salamanca en un duelo con alcurnia y con altura, puesto que proponía la consecución del liderato de la Segunda División A, pautado para el 30 de enero de 2000 (2-3). El Levante del presente atraviesa por una coyuntura de similares características. La última vez que rindió vasallaje a un adversario fue el 3 de marzo de 2017 con la visita del Real Madrid. Desde entonces se han sucedido 20 partidos del formato liguero en el presente más cinco duelos de la campaña pasada frente al Valencia (1-0), Sporting (0-0), Espanyol (2-1), Athletic (2-2) y Atlético (2-1). No hay capitulaciones y sí la firme posibilidad de mejorar ese registro y coleccionar 26 partidos desterrando el término sometimiento.
A mejorar las 25 victorias del ejercicio 1988-1989
Nadie fue capaz de discutir la primacía del Levante de la temporada 1988-1989, si bien durante diferentes fases del relato liguero no hubo concesiones entre la escuadra azulgrana y el Ceuta por la cabecera de la tabla. La lucha fue encarnizada. No obstante, el grupo que lideró Roberto Álvarez conquistó la condición de campeón, y por ende, el ascenso a Segunda División A en Nules (0-3) cuando todavía asomaban por el horizonte tres confrontaciones para echar la cancela a la competición. Aquel Levante conquistó 25 triunfos en una secuencia global que comprendían 38 enfrentamientos. La cifra, que se mantenía impoluta desde finales de los años ochenta, puede formar parte del pasado si el Levante doblega al Huesca sobre el verde en la despedida del curso actual en territorio granota. El ciclo guarda similitudes. Las cifras son convergentes. El Levante ha reducido a 17 adversarios como local y a ocho como foráneo. Las matemáticas resaltan la trascendencia del 25. Y el dígito puede incrementarse si el colectivo blaugrana rinde a la sociedad oscense.
Tributo por parte de los héroes de la temporada 2003-2004
El enfrentamiento ante el Huesca concluirá con un sentido tributo por parte de los héroes del ascenso del curso 2003-2004 a los protagonistas que han cumplimentado el sueño del retorno a la elite en un ejercicio que se ha caracterizado por la distinción. El pasado y el presente se citarán sobre el verde del Ciutat de València en un emotivo homenaje. Dos generaciones, estrechamente vinculadas al imaginario del levantinismo, entrelazadas con el ascenso a Primera División contextualizando la acción. Tito, Rubiales, Aganzo, Mora, Aizpurua, Juanra, Ettien, Félix Carballo, Cuellar, Congo o Manolo Hidalgo, han confirmado su asistencia a esta emblemática ofrenda que cerrará un curso sobresaliente que, sin duda, perdurará en la memoria de la sociedad. De manera simbólica entregarán la Copa de Campeones que ellos ya consiguieron bajo la égida de Manuel Preciado al colectivo que representa desde el banquillo López Muñiz.
