¿Cuatro victorias seguidas en Primera?; hay que volver al curso 2011-2012 con la asunción del liderato
¿Cuatro victorias consecutivas en el ámbito de la Primera División? El desafío está autorizado en virtud de las prestaciones emitidas por el Levante en las postreras semanas de la competición liguera y apunta en dirección hacia el Estadio de Butarque. Leganés y Levante cruzarán sus destinos el próximo lunes desde las 21:00 horas en la instalación de la escuadra blanquiazul. No es un partido nuevo, si se resalta el escenario, pero sí que resulta novedoso por el envoltorio. Los adversarios nunca se han citado en tierras madrileñas en el universo de la principal categoría del balompié español. Hasta la fecha los encuentros se han sucedido en el ámbito de la categoría de Plata e inclusive en el ecosistema de la Segunda División B durante la claridad de década de los años noventa del siglo pasado.
Lo cierto es que los alicientes deportivos no han declinado para las huestes que prepara desde el banquillo Paco López una vez certificada la permanencia en la elite tras solventar la cita liguera ante el Sevilla en consonancia con la victoria del F.C. Barcelona en Riazor ante el Deportivo. El aterrizaje del preparador valenciano ha coincidido con un estado de efervescencia del colectivo granota con un efecto contagioso sobre el resto de los estamentos vinculados con el levantinismo. Lo atestiguan los datos. Diecinueve puntos de un total de veinticuatro acentúan el relato del técnico de Silla como conductor de la nave granota. Los dígitos conseguidos sobre el verde conjugan con las emociones de un bloque que destila seguridad y autoestima. El Levante competirá en Butarque, en un encuentro adscrito a la jornada trigesimosexta, con la intención de extender el ciclo de victorias en el tiempo. La magnitud del reto incita al grupo a mantener en alerta la totalidad de los sentidos.
¿Cuatro victorias consecutivas en el ámbito de la Primera División? Hay respuesta para esta interrogante. No obstante, habría que echar la vista hacia el pasado para rastrear el anterior precedente de una tendencia de estas características en el firmamento de la principal división. El registro rememora jornadas de prosperidad en azul y grana bajo la égida de Juan Ignacio Martínez. El desembarco del preparador alicantino en la elite fue astronómico. En ese sentido, hay una cierta concordancia con la puesta en acción de Paco López, pese a que las cronologías y también los desafíos, es una obviedad, difieren. Fue un otoño agitado y repleto de excitación. El Levante de Juan Ignacio rompió las leyes de la gravedad abrazado a la victoria. En realidad, fijó un nuevo registro histórico con la adopción de siete triunfos consecutivos que le guiaron hasta la cima de la clasificación tras una manifestación de garra y virtudes ante el Villarreal en el Estadio La Cerámica (0-3).
Unos días más tarde, sometió a la Real Sociedad con un obús teledirigido de Rubén en un final agitado que perpetuó la estela de la sociedad levantinista en la cumbre de la tabla (3-2). Todo comenzó con un gol de Koné al Real Madrid en el feudo de Orriols. El atacante africano batió a Casilla con un remate heterodoxo que, sin embargo, aletargó el espíritu del equipo que dirigía Mourinho. Rayo Vallecano, Espanyol, Betis Málaga, Villarreal y Real Sociedad compusieron una sinfonía triunfal. El Levante armoniza con las victorias desde que Boateng realizara un ejercicio de fe ante el Málaga en el último suspiro. Las coordenadas se repitieron sin solución de continuidad en los enfrentamientos ante el Athletic Club, en San Mámés, y Sevilla en el Ciutat de València.
