
Del gol de Pape Diop en Balaídos al estreno de Lucas Alcaraz
El regreso del Levante al feudo de Balaídos está pautado para la noche de mañana viernes, 24 de octubre, a las 21:00 horas. La competición liguera sigue su inexorable recorrido para posarse sobre la jornada novena. La escuadra azulgrana retoma el fútbol y los márgenes del campeonato de la regularidad después de medirse al Real Madrid sobre el verde del Ciutat. El calendario es, a veces, tan veleidoso como impredecible en sus manifestaciones acercando imágenes que parecen muy alejadas. Podría desafiarse al tiempo y retornar al pasado más inmediato, el desarrollo del curso pasado, para seguir el mismo ciclo de confrontaciones ante idéntico rivales inclusive con una coincidencia casi en las fechas. Del postrer duelo entre la representación viguesa y el bloque azulgrana se recuerda aquel disparo a quemarropa, que se fue envenenando, de Pape Diop cuando el pálpito del corazón del duelo estaba muy cercano a su fin. El recuerdo es absoluto; aquel proyectil validó un triunfo notable.
La acción, en una noche de sombras y lluvia, fue vertiginosa en su ejecución. Juanfran estrelló un disparo, que nació desde la estrategia, entre la espesura de la barrera local y su rechace lo reconvirtió el mediocentro africano en el gol. Un despeje que no parecía esconder trascendencia lo evangelizó Diop para celebrar con fe la consecución del gol. El triunfo palió los efectos de la derrota saldada ante el Real Madrid en el duelo inmediatamente anterior. Lo cierto, es que hay infinidad de coincidencias en la confrontación que mañana abrirá la novena jornada del curso. Desde la cronología de la temporada, hasta parte de los sucesos acontecidos, así como los propósitos y los anhelos que persigue el colectivo blaugrana en tierras gallegas. Hay voluntad de enmienda en el pensamiento de los jugadores como sucedió antaño. La victoria es el fin máximo y supremo de un grupo que necesita expresarse con convicción en el verde para encontrar refuerzos con los que tratar de emerger desde la zona más abrasadora de la tabla.
Lo que parece más que obvio es que se han producido muchas cosas sobre el verde de Balaídos en la serie de encuentros disputados por los dos contendientes en los días más cercanos al partido de mañana. Lucas Alcaraz capitalizará el duelo del tiempo más presente. Y parece del todo obligado por todos los hechos obrados durante la semana su evolución. El entrenador andaluz toma el relevo en el banquillo de José Luis Mendilibar. Lucas Alcaraz estrenará su currículum, al frente de los destinos de la sociedad azulgrana, en un partido mayúsculo que surge aristado. El Celta no es el mejor rival para retomar la normalidad. Es un adversario complejo de desenmascarar como local. Y cuenta con Larrivey como principal amenaza.
El técnico granadino debuta en un partido que se sitúa en la zona intermedia de la primera vuelta de la competición. El valor de los tres puntos es del todo incuestionable desde cualquiera de los prismas que analicen la contienda. Y a las cuestiones matemáticas, con un coste real inimaginable, habría que añadirle el componente emocional y terapéutico que emana de la victoria. Y hubo muchas más cosas interesantes en los partidos precedentes. En la jornada trigesimocuarta del ejercicio 2006-2007, Reggi y Riga obstaculizaron al Celta en su intento por aferrarse a la máxima categoría. Los dos bloques convergieron en Balaídos con la perenne necesidad de alimentar su expediente de puntos ante el temor que suscitaba despeñarse al vacío. La imagen era desoladora. En el ejercicio 2012-2013 el gol de Roger ya sin tiempo para rectificaciones, que igualó el envite, significó la diana 300 del Levante en Primera.