
Desafío superlativo en el egregio Sánchez Pizjuán
Un escenario egregio, con aroma a Liga de Campeones y a enfrentamientos de resonancias bíblicas, que reverdece jornadas de una atmósfera radiante que no están tan alejadas del tiempo presente con el Levante formando parte de la nómina de la aristocracia del fútbol español. En cierto modo, el combate ante el filial de la entidad sevillista, pautado para la jornada de mañana domingo desde las 18:00 horas, nace desde el firme propósito de cimentar el regreso al espacio perdido de la máxima categoría del balompié. La traza monumental e imponente del Estadio Ramón Sánchez Pizjuán surge ante la mirada devastadora y escrutadora de los jugadores azulgranas. Se trata de una plaza siempre apetecible para resplandecer y mostrar el profundo catálogo de excelencias que caracteriza a la sociedad granota. El coliseo de Nervión no es un espacio secundario y cualquier futbolista sabe que sus focos irradian una luminosidad especial. Quizás no exista mejor ambiente para expresarse y compendiar las virtudes que arman a un líder de una densidad y de una consistencia resistente.
Por encima de cualquier metáfora, surge una nueva parada en una competición de mirada aniquiladora que no concede ningún tipo de tregua sobre la conciencia de sus actores principales. El Levante conoce los confines de la instalación andaluza. Hay vestigios y heridas de guerra de viejas batallas que rememoran un pasado muy próximo. Sobre su mullida moqueta firmó actuaciones prodigiosas que le acercaron a la vieja Europa. E incluso resulta posible rastrear victorias de prestigio, pero el signo de la acción ha mutado. Y de manera radical. En ese sentido, el discurso de Muñiz es elocuente. “Vamos a un estadio de Primera División, pero somos un equipo de Segunda División. Nosotros lo sabemos y vamos preparados para competir. Hay que estar mentalizados y saber dónde vamos y lo que nos van a exigir”. El preparador acentúael contenido de la confrontación y reflexiona sobre las credenciales de un adversario que se aleja y huye de los estereotipos que habitualmente definen sus características.
Desde ese prisma, el Levante no se enfrenta a un filial al uso. El Sevilla Atlético ha ido configurando esa imagen refractaria a los cánones preestablecidos con presentaciones sugerentes anclado al verde. En el Ciutat de València evidenció lo mejor de su repertorio y solo dobló la rodilla tras la diana sagaz de Paco Montañés aprovechando un despiste defensivo. No es un equipo que se deshilache ante la contrariedad. Es capaz de dominar los tiempos y de gestionar los partidos con una inusitada solvencia. Puede agitar las confrontaciones o apostar por la sutileza en función de la coyuntura establecida y cuenta con futbolistas con capacidad para variar el paisaje propuesto surgiendo desde las tinieblas. El aspecto resalta la notoriedad y la amplitud de sus recursos. Ni la condición de neófito en la Segunda División, ni ese pretendido barniz de inexperiencia de un plantel casi adolescente, ha mermado su potencial en su vuelta al fútbol profesional. “Nos enfrentamos a un filial que compite bien. Maneja bien los partidos y cuenta con jugadores desequilibrantes. Llama la atención por su experiencia. Es un equipo muy armado”, rubrica el entrenador.
Es incuestionable que el universo del enfrentamiento va asociado a la figura de José Campaña. El mediocentro regresa al punto donde empezó todo, si se trata de su escrutar la epifanía de su relato como futbolista profesional. Ejemplo de una precocidad absoluta, que no siempre es fácil de metabolizar, el centrocampista no obvia un pasado que le liga a la sociedad de Nervión. No obstante, Campaña ha dado varios pasos al frente, después de una precoz carrera con tendencia hacia la trashumancia, quemando con celeridad etapas en distintos países del continente europeo, que le ha permitido alcanzar la armonía y paz espiritual necesaria para eclosionar su talento con las barras azulgranas fijadas a su piel. Y agazapado surge Juan Muñoz, otro ilustre con pasado en el Sevilla, esperanzado con estrenar su expediente como azulgrana. Sin olvidar la pegada de Roger, en racha en las últimas semanas. No se auguran grandes variaciones en el diseño del once inicial propuesto por Muñiz en aras a mantener la excelsa dinámica de un bloque acostumbrado a conjugar con los triunfos desde el nacimiento de 2017 con el único borrón de Alcorcón.