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Primer equipo

El fútbol fue demasiado cruel en Mestalla

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No se sintieron inferiores los jugadores de la escuadra azulgrana a su paso por el escenario de Mestalla, pero sí que se sintieron terriblemente desdichados a la conclusión de los noventa minutos reglamentarios. Quizás el fútbol fue totalmente despiadado con las prestaciones granotas en la puesta en acción de Rubi como nuevo preparador de la entidad levantinista. El Levante fue capaz de minimizar al Valencia y de convertirlo en un actor secundario en la evolución del derbi de la ciudad del Turia durante algo más de sesenta minutos. En ese período apenas si hubo noticias de cierta envergadura por parte del inquilino de Mestalla. Jaume Doménech se agigantó en cada una de las propuestas ofensivas planteadas por el bloque de Orriols. Su catálogo de intervenciones fue poliédrico ante las botas levantinistas. El arquero mantuvo erguido a su equipo ante la mirada inquisitorial del coliseo valencianista que recordó la distancia que le separa de su entrenador. Sin embargo, un segundo propició una variación tan sustantiva como de raíz en el desarrollo general del duelo. Como sucede en otros ámbitos de la vida el tiempo puede convertirse en una coordenada difícil de controlar y de efectos realmente diabólicos. Un rechace de Rubén propició la génesis de un controvertido penalti que comenzó a reducir a un Levante vital y resurgente. Paco Alcácer no erró desde los once metros aunque el meta gallego adivinó las intenciones del atacante local. La sentencia llegó con una diana de Feghouli, en previsible fuera de juego, que castigó con dureza un error defensivo de la zaga granota. La Primera División es sumamente despiadada en cuanto te alejas del duelo.

Al Levante le sobró valentía y arrojo en un territorio, por tradición, hostil para sus intereses desde un plano deportivo, y le faltó un punto de lucidez y algo de buenaventura en la batalla final ante el marco defendido por el cancerbero blanquinegro. En ocasiones, parece de una complejidad extrema ajustar la trama de un partido al guion. No hay una concordancia entre el veredicto del marcador y el argumento de una confrontación devastadora desde una perspectiva azulgrana. Es el caso. Al fútbol anoréxico del Valencia del primer acto respondió su adversario exhibiendo sus mejores virtudes. Quizás la primera contribución de Rubi afecte a una evidente transformación de la psique de sus jugadores. Y los síntomas se agolparon durante el capítulo inicial. No parece sencillo cambiar mentalidades en un corto espacio de tiempo. El Levante saltó al coliseo de Mestalla despojado de cualquier tipo de complejo. Los jugadores granotas se situaron en un plano de igualdad ante sus oponentes. Sobre el verde no se movía un bloque de futbolistas timoratos.

El colista salió respondón. Esa condición no era una losa para soñar con la utopía. Ni pesaba sobre la conciencia de unos jugadores que sentían casi desde el cielo de Mestalla el aliento de su masa social. El Levante adelantó sus posiciones y presionó con osadía la salida del balón local. El Valencia no estaba cómodo sobre el pasto. La alineación evidenció mutaciones. Pedro López, Rubén o David recuperaron la titularidad. Morales dio dos pasos al frente para situarse en el costado derecho del ataque y Camarasa, Jefferson y Simao poblaban la línea de medios de efectivos. El Levante se sintió libre en Mestalla. Y no tardó en auto convencerse de sus posibilidades. Morales rasgó el perfil diestro del ataque azulgrana convirtiéndose en una pesadilla para Gayá y Toño demostró, por el espacio contrario, que sus botas son las que más centran de la Liga BBVA. No había rastro del equipo que se derrumbó ante la Real Sociedad en Orriols. El Levante se comportaba como un colectivo vigoroso y fuerte. Los primeros minutos sancionaban su superioridad.Morales retó a Jaume en el arranque de la cita. En ese sentido la acción fue un paradigma de lo que iba a acontecer. Percutía un Levante en plena proyección y replicaba el guardameta del bloque de Nuno. Las maniobras visitantes tenían como principal epicentro el territorio valencianista. El Levante ganaba consistencia aunque estuvo carente de precisión. Roger se dio de bruces con el larguero en un remate que parecía superar al portero, en una reedición de los hechos sucedidos la pasada semana, y un centro de Toño se paseó por la línea de gol. Juanfran rozó el gol con un cabezazo que pasó silbando sobre la portería blanca. Toño volvió a surgir en el nacimiento de la segunda mitad. Las miradas quedaron centradas en la figura de Jaume. Y el fútbol se hizo todo crueldad. Todo cambió en un segundo. Con el penalti transformado por Alcácer y la diana de Feghouli. Bakkali cerró una tarde que, pese a la inclemencia y severidad de la derrota, genera un pequeño haz de luminosidad.


Valencia CF:

Levante UD:

Árbitro: Ricardo De Burgos Bengoetxea.

Goles: 1-0. M. 64. Alcácer 2-0. M. 72. Feghouli 3-0. M. 79. Bakkali