Skip to main content
Primer equipo

​El hat-trick de Boateng, los 150 partidos de Morales, la mejor racha de triunfos como local en Primera y los cinco goles más de 50 años después compendian la goleada ante el Barcelona

Aún no hay reacciones. ¡Sé el primero!

Fue una victoria descomunal por todo lo que aconteció sobre el verde durante noventa minutos mágicos y pasionales. La historia de la sociedad azulgrana se nutre a partir de confrontaciones susceptibles de derrotar al inexorable paso del tiempo. No hay duda de que el triunfo ante el bloque de Valverde (5-4) formará parte del catalogo de recuerdos en azul y grana del relato liguero en el universo de la máxima categoría. El laureado triunfo adquirió desde la noche de ayer, cuando Melero López decretó la conclusión de la cita, la naturaleza de legendario. El F.C. Barcelona, en calidad de campeón de LaLiga Santander y como vencedor de la Copa del Rey, claudicó en el feudo del barrio de Orriols. La condición de invicto que adornaba su expediente con la Liga ya en su ocaso saltó en mil pedazos en una confrontación repleta de efervescencia y también de mística. Fue una victoria épica en un encuentro repleto de registros.

Primer hat-trick de Boateng y tercero de la historia del club en Primera

Emmanuel Boateng marchó del Ciutat de València con el balón amarrado entre sus brazos. Había capitalizado la confrontación. El atacante no se separó del esférico y posó con orgullo ante los medios en la zona mixta antes de abandonar el coliseo de Orriols. Fue una constante desde el final de la batalla. Era posiblemente el principal exponente de todo lo que había sucedido en el interior del verde. Boateng firmó su primer hat-trick como futbolista profesional. En su etapa anterior en Portugal, en las filas del Moreirense, acumuló dos dobletes en los compromisos ante el Arouca y Benfica. Boateng se exhibió ante el Barcelona en una especie de confirmación de la catarsis colectiva y personalizada manifestada por el Levante. El atacante celebró su primera convocatoria con al Selección Absoluta de Ghana con un triplete anotador. Fue un martirio constante para la meta defendida por Ter Stegen. Boa ha permutado su rol desde el aterrizaje de Paco López. Es una obviedad. Los goles refrendan esta reflexión. Eibar y Málaga fueron sus últimas victimas desde la conversión del técnico de Silla en preparador azulgrana. El delantero tomó el testigo de Rigano y Barral. Es el tercer hat-trick de la narración granota en la elite.

Partido 150 de Morales con la camiseta del Levante

Morales encogió el cuerpo como si tratara de buscar una posición aerodinámica con la que desafiar a cada uno de los oponentes que salían a su paso tras poner el turbo en acción. El reloj apenas se había despegado del nacimiento del duelo y el Comadante le echaba un pulso a Yerry Mina del que salió vencedor. Morales conquistó con decisión la línea de fondo y contacto con Boateng para inaugurar el marcador. El ascendente del capitán en la noche de ayer fue mayúsculo. No conjugó con el gol, pero lideró las transiciones más mortíferas. Morales ha desenredado la madeja que le oprimía. Su agitación sobre el verde es contagiosa. Transmite carácter y valores. Su fútbol es diferencial. El partido ante el Barcelona no era uno más. Después de cumplir cien batallas en la elite con la camiseta granota, y después de liderar la clasificación de los máximos artilleros azulgranas en el ecosistema de la elite, surgían nuevos retos que cumplimentar. Fiel a su cita con la competición liguera, ante el Barça fijó su expediente en 150 partidos. El recorrido comenzó en agosto de 2014 en San Mamés. Y no hay un final a la vista, al menos a corto plazo, después de la renovación pactada hasta 2021.

Quinta victoria consecutiva en el Ciutat

El enfrentamiento ante el Barcelona estaba subrayado en rojo. Había un capítulo dedicado para la estadística. Y no estaba oculto. Nunca el Levante había conquistado cinco victorias engarzadas como local en el universo de la máxima categoría. Su mejor registro consignaba cuatro triunfos. Fue en el curso 2011-2012 con Juan Ignacio a los mandos del vestuario de Orriols. La victoria legendaria ante el Real Madrid, con el estreno anotador de Arouna Koné con la elástica granota, en septiembre de 2011, estableció una continuada y perenne alianza con la victoria. La particularidad es que los triunfos se encadenaron en condición de local y foráneo. Espanyol, Málaga y Real Sociedad claudicaron en el coso Orriols antes de caer ante el Valencia. El Levante de Quique, en su debut en Primera, curso 1963-1964, ligó cuatro triunfos seguidos en Vallejo tras desnortar al Córdoba, Espanyol, Valencia y Murcia. El empate ante el Zaragoza rompió esa inercia. Eibar, Las Palmas, Málaga, Sevilla y Barcelona establecen unas nuevas coordenadas. El aterrizaje de Paco López resulta sideral como casero y adversario. El Levante del tiempo reciente ha logrado fortificar el Ciutat para convertir ese espacio en un universo irreductible para sus contrincantes.

Cinco goles al Barça más de cincuenta años después

Vallejo vivió un partido de una intensidad emocional supina en el clarear de la competición liguera de la temporada 1964-1965. La angustia era la inseparable compañera de viaje de un Levante que desconocía el sentido del triunfo desde el amanecer del curso. Su expediente anotador estaba varado. Nadie había sido capaz de alumbrar el gol tras consumirse las cuatro jornadas inaugurales del ejercicio. Y enfrente surgía la imagen imponente del Barcelona. Parecía una condena, pero aquella tarde Vallejo se amotinó para doblegar al Barça (5-1). Fue una especie de conjura. Un motín que la sociedad culé no logró contrarrestar. Su capacidad de resistencia fue limitada. La portería del mítico Sadurní tembló tras el estampido revolucionario de goles liderados por Wanderley y Serafín. Entre los dos atacantes rubricaron cuatro dianas. Torrents abrió una goleada titánica en el minuto siete. El Levante atropelló al Barcelona y acabó con César. El técnico fue relevado de sus funciones en las horas posteriores. El Levante de Orizaola vengó la derrota del curso anterior (4-5). Más de cincuenta años después Boateng y Bardhi doblegaron al Barcelona con cinco goles.