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Primer equipo

El Levante busca las seis victorias seguidas en Segunda División del UDLG en los primeros cuarenta

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El mundo se había fragmentado en dos mitades irreconciliables y se preparaba para hacer frente a un prolongado conflicto bélico de una magnitud insuperable. La II Guerra Mundial se convertía en una realidad incuestionable a la altura de enero de 1941. Y el horizonte parecía sombrío; devastador por la enorme virulencia de la conflagración. Era una lucha de pareceres antitéticos. Los regímenes totalitarios frente a los sistemas democráticos. Hitler y Mussolini, con la colaboración de Japón, contra los países de tradición liberal. Los países del Eje contra los Aliados conformados por Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Rusia. La Guerra comenzó en los primeros días de septiembre de 1939 con la invasión alemana de Polonia en busca de su espacio vital. En España, por esas fechas, el final de la Guerra Civil anunciaba un período de incertidumbre. Nacía una época de venganza. El franquismo sealineó con las potencias de Eje aunque se mantuvo neutral, si bien sus posicionamientos fueron variando desde la neutralidad hasta la no beligerancia incluyendo en el registro el envío de la División Azul. El curso de la vida seguía y el Levante, todavía denominado UDLG, competía en el marco de la Segunda División.

La fusión entre el Gimnástico y el Levante todavía estaba muy cercana en el tiempo. La Unión Deportiva Levante Gimnástico había soñado con el ascenso a la elite en el epílogo del ejercicio 1939-1940, si bien sus ilusiones quedaron cercenadas en la fase de ascenso que reunió a los cinco campeones de cada grupo. No obstante, la condición de aspirante estaba entre sus pertenencias en el arranque de la temporada 1940-1941. La irregularidad fue una constante en el primer tramo del campeonato. Sin embargo, esta tendencia mutó en la reanudación. Entre finales de enero y principio de marzo de 1941 su figura se dimensionó después de encadenar seis victorias consecutivas en los seis enfrentamientos que marcaban el ocaso de una Liga que reunió a doce clubes.

El ciclo vencedor germinó en el choque que cruzó a las huestes del feudo de Vallejo ante el Betis en territorio valenciano. Iriondo, en dos ocasiones, y Nieto ratificaron el signo de la victoria en un duelo ajustado y de signo incierto (3-2). Una semana después el UDLG se paseó por Badalona (0-4). Iriondo y Nieto protagonizaron la confrontación ante el Malacitano (3-0). La representación del triunfo se materializó en el Estadio Domecq tras reducir al Xerez (1-2). Y la fórmula se mantuvo inalterable en los encuentros inmediatos frente al Cartagena (6-0) y Córdoba (0-3). Esta feroz reacción le catapultó hacia la cúpula de la tabla, pero no ligó su destino a la promoción de ascenso. El colectivo se quedó en la antecámara del Play-Off, tras abrazar la tercera posición en la tabla, aunque trasladó esa aureola que le confería la condición de indomable a la Copa del Generalísimo.

Su pátina de brillo no declinó y fue devorando rivales de muy diversa condición, Sabadell, Osasuna, Zaragoza y Granada, hasta caer frente al Espanyol después de forzar el tercer encuentro de desempate en el coliseo de Torrero en la capital aragonesa. Han pasado casi ochenta años de aquella brillante secuencia y la escuadra que prepara Muñiz puede reeditar el registro consignado en la claridad de los años cuarenta, en el cosmos de LaLiga 1|2|3, si logra desenmascarar al Numancia en el Ciutat de València el próximo domingo desde las 12:00 horas. Los triunfos enlazados ante el Tenerife, Rayo, Lugo, UCAM Murcia y Huesca determinan esa posibilidad que se resiste en el tiempo, siempre en el marco de la Segunda División puesto que no hay precedentes, desde la postguerra.