
El Levante vuelve a pisar la orilla de los octavos de Final de la Copa del Rey como sucedió en el curso 2014-2015
El Levante forma parte de la relación de equipos que mantienen un nexo de unión con la Copa del Rey tras la igualada saldada en la jornada de ayer ante el Girona en el Ciutat que corroboró el triunfo levantinista en el feudo de Montilivi (0-2), en los días finales de octubre, en el encuentro que abría la eliminatoria de dieciseisavos de Final. Desde otro prisma idéntico, la escuadra azulgrana buscará nuevos horizontes el próximo martes en el sorteo de los octavos de Final. La escuadra que prepara Muñiz hace memoria para alcanzar una ronda que se resistía en los tiempos más recientes. De hecho, durante los postreros ejercicios el formato copero no propició grandes gestas, ni hazañas de calado y de envergadura sobre el verde que alcanzaran un espacio distinguido en la memoria general para perdurar. Habría que remontarse hasta el desarrollo del curso 2014-2015 para rastrear el último precedente en tal sentido con la sociedad de Orriols tratando de proyectarse por la competición del K.O.
No obstante, su aventura tuvo como epílogo el feudo de La Rosaleda de Málaga. La victoria de la entidad blanquiazul en los primeros días de enero (2-0) determinó con rotundidad el desarrollo de la secuencia. El Levante volteó en el feudo de Orriols, en el choque que cerraba el ciclo, un marcador adverso, tras los goles de Recio y Horta en el primer acto, pero la victoria fue insuficiente (3-2) para conquistar los cuartos de Final. La escudería que ejercitaba Lucas Alcaraz, por su condición de equipo vinculado a la máxima categoría, estrenó su expediente en la ronda de dieciseisavos. El destino emparejó a las huestes azulgranas y al Albacete una fría noche de diciembre de 2014. En el Estadio Carlos Belmonte, El Adoua corrigió la diana conseguida por Moutinho en la epifanía de la cita.
Dos semanas más tarde en el Ciutat, el Levante coqueteó con la inquietud. No hubo fuegos de artificio. Nadie fue capaz de inaugurar el marcador. El Albacete se despidió con dignidad del torneo. Una temporada más tarde la huella blaugrana fue efímera. El Levante y Espanyol cruzaron sus destinos también en dieciseisavos de Final. Dos entidades vinculadas a LaLiga Santander frente a frente. El duelo quedó resuelto en tierras catalanas (2-1). En el partido que abrió el serial en Valencia, Sylla y Roger dejaron todo por sentenciar. Y la inercia se mantuvo el curso pasado. El Levante madrugó para regresar al formato copero. El siete de septiembre marchó hasta Cádiz para enfrentarse a la institución amarilla.
Fue en la segunda ronda. Su status de club adscrito a la categoría de Plata propició un duelo sin arneses de sujeción, es decir; a partido único, ante un oponente con el que compartía firmamento. El final del tiempo reglamentario (1-1) supuso el inicio de una prórroga adicional que mantuvo la incertidumbre. El encuentro quedó descifrado desde el punto de penalti. La inspiración de Jesús, un guardameta con pasado muy reciente en las filas granotas, fue capital para la suerte del Cádiz. Habría que fijar la atención en el ejercicio 2013-2014 para rescatar la última comparecencia levantinista en la ronda de cuartos de Final. Bajo la égida de Joaquín Caparrós el Levante liquidó al Recreativo de Huelva y Rayo Vallecano antes de caer ante el F.C. Barcelona en el prólogo de las semifinales.