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Cuando se refiere a los hechos que acontecieron en los días finales de agosto de 2011 sus ojos adquieren una iluminación que no es evanescente. José Campaña no olvida la catarata de emociones que experimentó en primera persona durante el período estival de 2011 con la camiseta del Sevilla ajustada a su cuerpo. “Guardo muy buenos recuerdos de todo aquello que sucedió”, advierte con un tono pausado. ¿Y qué aconteció? La respuesta no guarda misterios. Después de una larga pretemporada con la primera plantilla de la escuadra sevillista el mediocentro granota dejó su estela en el formato de la Liga Europea y también en el ámbito de LaLiga Santander para estrenar su condición de futbolista asociando al universo de la entidad hispalense. En realidad, los hechos se concatenaron en el espacio-tiempo. No hubo espacio entre medias. Ni profundos interludios. La cronología acentúa la competición que se disputa en la Vieja Europa. Campaña saltó al verde para relevar de sus funciones a Trochowski. Fue el 25 de agosto de 2011. Era el minuto 81 de la confrontación de vuelta de la ronda de calificación para la Europa League entre el Sevilla y el Hannover 96 (1-1).

El centrocampista sintió el calor de la grada del Ramón Sánchez Pizjuán cuando se instaló en el verde. “Fue una sensación única”, relata. Durante la tarde del domingo 28 de agosto los acontecimientos se repitieron de nuevo. Los protagonistas convergieron de nuevo sobre el feudo andaluz. José Campaña se incrustó sobre el tapiz tras emerger desde el banquillo supliendo a Manu del Moral. Era el minuto 72 de un partido con ascendente. El Sevilla se enfrentó al Málaga de Manuel Pellegrini en la segunda jornada del ejercicio 2011-2012. Cazorla puso entre signos de interrogación la victoria local, si bien los puntos no marcharon a la capital de la Costa del Sol (2-1). “Yo llegué al Sevilla muy pequeño y fui pasando por todos los escalafones de las categorías menores hasta llegar al primer equipo”, resalta incidiendo en la trascendencia de esas dos efemérides encadenadas desde un prisma más personalizado.

“Fue un sueño”, rememora que cumplió con dieciocho años. Marcelino le brindó la alternativa de entrar en una dimensión del todo desconocida. Lo cierto es que Campaña fue quemando etapas en las filas de la institución sevillista a la velocidad del sonido. Con dieciséis años, es decir cuando su expediente advertía de su condición de juvenil, se estrenó con la casaca del Sevilla Atlético en el universo de la categoría de Bronce. La relación de Campaña con el Sevilla fue extensa desde un prisma temporal. Era un futbolista nacarado. Su fútbol diferencial le convirtió en la gran esperanza blanca. Era el guía espiritual de la cantera del club andaluz. Entre sus prestaciones se acentuó su precisión de cirujano con el balón en los pies. Su currículum muestra veinticuatro partidos con el Sevilla entre Liga, Copa y Liga Europea.

No obstante, el ocaso de la temporada 2012-2013, que le mantuvo en el ostracismo forzoso por una lesión en el metatarsiano, supuso su despedida y el arranque de una etapa marcada por la trashumancia con paradas en el balompié inglés, alemán, italiano y portugués antes de emprender el viaje de vuelta como jugador vinculado al imaginario del Alcorcón en el ecosistema de LaLiga 1|2|3 en el ejercicio 2015-2016. El desafío liguero del viernes, desde una perspectiva deportiva, implica un reto emocional desde un prisma individual. Campaña retorna a la que fue su casa durante muchas temporadas para enfrentarse a la entidad que le formó como futbolista. La experiencia es novedosa a la vista del currículum que maneja, si bien el curso pasado hubo un primer acercamiento con motivo de la disputa del duelo ante el Sevilla Atlético en el escenario de Nervión.