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Primer equipo

​El último desafío en Orriols: encadenar la quinta victoria para firmar la mejor racha como local en Primera

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El ciclo victorioso empezó con un duelo superlativo ante el Eibar solucionado con una victoria emancipadora que puso fin a una racha repleta de adversidad en los márgenes del Ciutat de València. Aquella tarde el feudo de Orriols resopló con fuerza en busca de un sosiego que parecía extraviado. Paco López se presentó en sociedad ante su masa social con un triunfo conciliador. Fue el principio de un período laureado que todavía se mantiene incólume. Las victorias se suceden en el coliseo levantinista en los tiempos más recientes. Nadie ha ultrajado los muros del feudo granota en el tiempo más reciente. Atrás quedan los choques ante la U.D. Las Palmas, Málaga y Sevilla. Hay un común denominador en esta etapa establecida; el triunfo brilla para ejercer de nexo de unión. Y por el horizonte aparece la imagen imponente y devastadora de un F.C. Barcelona que mantiene la aureola de invicto desde el arranque de la competición liguera en el verano de 2017. La confrontación ante el campeón de LaLiga Santander y ganador de la Copa del Rey contiene un nuevo desafio.

Hay un valor estadístico detrás de la victoria. Nunca el Levante, en el relato que registra su paso por la Primera División, ha logrado encadenar cinco triunfos consecutivos en el universo de la elite como casero. El reto está presentado. Quizás no exista mejor conclusión para un curso meteórico en su desenlace tras sumar veintidós de los veintisiete puntos en liza. El Levante de Juan Ignacio Martínez rozó un registro de similares características en el nacimiento del ejercicio 2011-2012. La victoria legendaria ante el Real Madrid, con el estreno anotador de Arouna Koné con la elástica granota, en septiembre de 2011, estableció una continuada y perenne alianza con la victoria. La particularidad es que los triunfos se encadenaron en condición de local y foráneo. Espanyol, Málaga y Real Sociedad claudicaron en el coso Orriols.

Ante la escuadra realista el Levante defendió el liderato que había conquistado unos días antes en el Estadio La Cerámica de Villarreal en una noche mágica y demoledora (0-3). El Valencia cercenó la racha de triunfos encadenadas (0-2). El serial contó con una reedición un año más tarde con Juan Ignacio en el banquillo azulgrana. La escuadra levantinista no se abandonó ante el Espanyol, pese a los dos goles tempraneros del combinado perico. Su fe le condujo a una remontada que parecía del todo imposible (3-2) en el estreno de Rubén García. Real Sociedad, Valencia y Granada se sometieron al poder destructor del equipo blaugrana. El Real Madrid mutiló la posibilidad de adquirir una quinta victoria enlazada en el Ciutat (1-2). El Levante de Quique en su debut en Primera, curso 1964-1965, ligó cuatro triunfos seguidos en Vallejo tras desnortar al Córdoba, Espanyol, Valencia y Murcia. El empate ante el Zaragoza rompió esa inercia.

Los hechos se repiten. Esa opción descrita, que nunca llegó a materializarse, cobra sentido. El Levante afronta la cita ante el F.C. Barcelona ungido por la victoria como inquilino del Ciutat. Eibar, Las Palmas, Málaga y Sevilla conforman esta etapa. El pasado y el presente se funden con el Ciutat y los triunfos como protagonistas. Había una efervescencia generalizada en torno a un colectivo que trasmitía certezas cada vez que se posicionaba sobre el verde. El desafío es complicado por naturaleza. El Levante de Paco López irradia emociones contagiosas sobre la grada. Hoy se siente invulnerable, aunque el visitante ostente el rango ya adquirido de campeón de Liga y Copa. Quizás sea el último desafío, al menos en el feudo de Orriols.