
Getafe-Levante; Un partido para comenzar a creer
No fue hace tanto tiempo. Y quizás por esa razón, los hechos todavía perduran en la memoria del levantinismo. El Levante tomó el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe con un convincente cabezazo de llevaba impreso la marca de Víctor Casadesús. El atacante mallorquín era un tipo fiable en las acciones áreas. Tenía una rara capacidad para aparecer en el instante más determinante. Nunca avisaba de sus movimientos. Tampoco de sus intenciones. Desaparecía de la faz del verde mientras el balón surcaba el cielo para materializarse en el instante más oportuno. Tenía el don de la invisibilidad, entendiendo como tal esa cualidad que convierte un cuerpo físico en invisible a los ojos de los demás. Era un mago que se recreaba con los espacios. Casadesús explotó ese componente del juego con reiteración durante su estancia en las filas de la sociedad azulgrana. Era una de las cualidades que le distinguían. Aquella jornada de sábado silenció el feudo del colectivo del Sur de Madrid. Lo hizo con un remate certero imposible para los guantes recios de Guaita.
Morales puso el esférico en acción desde el córner. Casadesús estiró el cuello para celebrar el gol. No era cuestión de saltar más. Era cuestión de dominar los tiempos. Era el minuto treinta y cuatro. El partido no anunciaba su final todavía. Restaba un mundo por descubrir, pero el Levante resistió con coraje y heroicidad y abandonó la zona más pantanosa de la clasificación después de muchas semanas de penurias. Los tres puntos le permitieron brincar en la tabla. Una semana más tarde David Barral redujo en el Ciutat de València al Córdoba (1-0) y las cuentas prácticamente cuadraron para avistar una permanencia en entredicho durante buena parte del relato de la competición. Nada de ese pasado parece ser desconocido, si se aplica el tiempo presente.
La sensación de congoja marca el paso del Levante durante las últimas semanas de la competición liguera. El colectivo levantinista afronta la cita ante el Getafe, pautada para la tarde de mañana sábado, 18:30 horas, con la imperiosa necesidad de mutar el registro de los resultados obtenidos en las postreras comparecencias sobre el verde. El triunfo se resiste. Y parece una obligación conjugar con sus caracteres. Sin embargo, corren vientos de cambio por Orriols. El aterrizaje de Paco López en calidad de conductor de la escuadra granota ha propiciado transformaciones. “Tenemos que cambiar sufrir por disfrutar” advirtió en la jornada de ayer en la primera rueda de prensa del nuevo entrenador. El viraje en cuanto los términos escogidos es sustancial. La primera idea de Paco López es revertir tendencias y tratar de cambiar coyunturas negativas por la condición antagónica. Hay una idea de impulso y de propulsión.
Advierten que es propio de la naturaleza humana defender esa creencia que acentúa la capacidad de influir en el rendimiento de otra. En esencia se trata de manejar las expectativas gestadas. En psicología se denomina efecto Pigmalion a esa corriente. Las cuestiones mentales son determinantes. Es parte del trabajo de Paco López. Ayer incidió en ese aspecto al desbrozar el camino que marca la competición liguera en los once partidos que restan para la conclusión del campeonato. “Sabemos que tenemos que quedar campeones de una Liga de cuatro. Hay que ser realista y no ocultar esa realidad. Estamos luchando con tres más por mantenernos y estamos convencidos de que nos vamos a mantener”. No hay excusas por su parte. En ese sentido, el encuentro ante el Getafe establece el principio de una nueva competición a cuatro bandas. Todo lo que viene de atrás quizás haya que arrinconarlo. El destino presenta un nuevo desafío.
Hay que ser el mejor en una mini-Liga que incluye a la U.D. Las Palmas, Deportivo de La Coruña y Málaga. “Vamos a intentar quedar campeones. Tenemos que mirar a corto plazo y empezar por el partido ante el Getafe”, resaltó Pedro López en consonancia con el pensamiento del entrenador. “Quiero ver un equipo atrevido y valiente; decidido. Tenemos que buscar la portería contraria. El equipo debe tener su ADN. El equipo está mentalmente y emocionalmente muy bien”, lanzó ayer Paco López. Fortalecer el espíritu del grupo es una de las cuestiones resaltadas en su hoja de ruta, al menos a corto plazo. Los mensajes se suceden. Cualquier vía es válida para recuperar y agitar la mente de los futbolistas. Como aconteció en la jornada trigesimotercera del curso 2014-2015, con el gol de Casadesús, el Levante saltará al Coliseum con la firme intención de buscar una victoria balsámica y revitalizadora. “Es un equipo agresivo e intenso. Impone un ritmo alto en los partidos y presiona arriba”, resalta Paco López de su oponente. Molina y Ángel imponen respeto. Conforman la imagen del terror porque aglutinan el gol. El técnico pierde a Doukouré, a Toño y a Postigo por lesiones de distinto alcance para la cita en tierras madrileñas.