
La joya que dejó Jason en el Estadio Municipal de Reus

Aquellos que tuvieron el privilegio de formar parte del relato de la confrontación que enfrentó al Reus y al Villarreal B (2-2) en territorio catalán, en los primeros días de enero de 2015, acentúan la plasticidad y la belleza de la ejecución protagonizada por Jasón. El cronómetro apenas si había avanzado con rotundidad todavía. El partido estaba en maitines y Jason, atrevido y decidió, entendió que, en ocasiones, no hay límites para lanzarse en pos de la aventura. El atacante templó el cuero en tres cuartos de cancha, aunque algo escorado hacia el costado izquierdo del ataque del equipo amarillo. Su radar se encendió para iluminar en exclusiva el marco de la portería de su oponente. Nada había nada más a su alrededor que concitara su atención. Ni tan siquiera, el ejército de piernas que trataron de intimidarle. El objetivo ya estaba trazado y perfectamente delimitado. Jason se lanzó a la acción con intrepidez. En milésimas de segunda amortiguó el cuero, marchó hacia el centro del verde y convirtió su pierna en un cañón que escupió un obús teledirigido que superó la estirada de Badía. El cuero dibujó una parábola inabordable para el arquero del bloque catalán. “Una pequeña obra de arte”, matizó Diario de Tarragona el día después en su crónica del duelo adscrito a la jornada vigésima en el Grupo III de Segunda División B.
En cierto modo, aquella diana, superlativa en su desarrollo y ejecución, conjuga con los caracteres que singularizan al futbolista gallego. Su catálogo de recursos puede ser ilimitado, tal y como viene demostrando con hechos en el tiempo presente en el marco de la categoría de Plata con las barras azulgranas de la camiseta del Levante pegadas a su piel. El gol, en el mismo escenario que servirá de acomodo al Levante el próximo domingo, en un nuevo reto de LaLiga 1|2|3, condensó la vehemencia y el carácter osado y apasionado que muestra en el interior del césped, así como el arrojo y la audacia que determina su manera de entender la disciplina de fútbol. Jason nunca confina la imaginación, ni tampoco restringe la creatividad cuando entra en la superficie del campo. Desde ese prisma, no hay barreras, ni obstáculos que sean insuperables o irresolubles.
Y quizás el gol se convierta en un paradigma de ese espíritu libre en su forma de interpretar los códigos del balompié. Es posible que en ese instante no lo supiera todavía, pero Jason estaba dando sus últimos zarpazos con la camiseta del Villarreal B tras la cesión pactada con el club azulgrana durante el verano anterior. Un par de semanas después regresó a la disciplina del Levante y tuvo algunos minutos en los esquemas de Lucas Alcaraz en la máxima categoría, si bien concluyó el curso en el filial levantinista. Aquella maniobra no se ha difuminado y permanece inalterable. “Creo que es el mejor gol que jamás he marcado”, manifiesta con rotundidad cuando se le cuestiona por el sentido que encierra desde un prisma más personalizado.
El fin de semana, que ya se aproxima, Jason volverá al feudo municipal de Reus con ese recuerdo entre sus pertenencias. Lo hace para afrontar un duelo mayúsculo entre el líder de la categoría de Plata y el tercer clasificado. Es evidente que su rol ha sufrido una extraordinaria mutación. Su poder de fascinación en el colectivo granota parece incuestionable. El jugador guarda cianuro en sus botas y su veneno parece letal En el Estadio Municipal de Anduva consignó su quinta diana del ejercicio liguero en recorrido para acaparar parte de la narración del gol del actual curso. Quizás sea uno de los futbolistas más en forma y más determinantes en el ecosistema de la Segunda División A. Jason está respondiendo a la expectación que había generado en el período que antecede al nacimiento de la competición. En esa etapa comenzó a labrar el presente que hoy le acompaña. El mediapunta está devolviendo la confianza y la seguridad transmitida por Muñiz en el interior del pasto.