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Primer equipo

Los cuatrocientos mensajes de Traver

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Quizás lo más emocionante estaba por descubrir. El whatsapp de Traver estaba colapsado a la conclusión del duelo de Copa del Rey que cruzó sobre el verde al Levante y al Espanyol que certificó su estreno con la elástica azulgrana en competición oficial. Literal. “Tenía alrededor de 400 mensajes en el móvil”. Después de inaugurar su expediente personal como integrante del primer equipo comenzaba un nuevo partido ante la envergadura del paso emprendido. “La verdad es que no he dado abasto. Ni siquiera he podido contestar a todo el mundo. Tengo que sentarme para contestar”, advertía el protagonista la jornada después en las instalaciones de la Ciudad Deportiva después de completar la sesión de trabajo junto al resto de los titulares de la cita copera. Traver sigue instalado en una nube horas después de anclar sus botas al feudo del barrio de Orriols. No es fácil saltar al césped del Ciutat para afrontar un duelo revestido de legalidad. “Estoy muy contento por el debut. Es un día que esperaba desde hace mucho tiempo. Estoy muy feliz”, señaló ayer noche en directo ante los micrófonos de LevanteUD radio apenas unos minutos después de la conclusión del encuentro.

Y las sensaciones no han variado como demostraba la sonrisa que hoy iluminaba su rostro mientras se recuperaba del esfuerzo de ayer. La semana produjo una variación sustancial en el devenir cotidiano del joven jugador de la cantera. Traver madrugaba cada jornada para presentarse en Buñol como suele hacer habitualmente como integrante del Atlético Levante. No obstante, su ubicación estaba junto al resto de los inquilinos del plantel que prepara Rubi en las inmediaciones del campo número uno de la Ciudad Deportiva. Con Pepelu, Dani Calvo y Jair completaba las sesiones dirigidas por el entrenador catalán. El hecho en sí no era una novedad para un jugador que participó durante la pretemporada y que marchó junto al resto del colectivo granota al mini stage que se desarrolló en las instalaciones de Oliva Nova Golf en tiempo cercano tras el desembarco del actual dueño del banquillo azulgrana.

Los indicativos, a lo largo de la semana en recorrido, advertían de la seria posibilidad de su estreno. No parecía un vaticinio desprovisto o vacío de contenido. Y el misterio quedó desvelado en las horas inmediatas al arranque del encuentro. El atacante del filial conoció los pensamientos de Rubi cuando se materializaron en la charla previa a la salida del bloque en dirección hacia el coliseo azulgrana. En ese momento conoció su inclusión en el grupo de los escogidos. Un gélido escalofrío recorrió su cuerpo. Traver reconoce que las palabras de aliento del técnico aplacaron su ánimo. “Me dijo que estuviera muy tranquilo. Que fuera yo mismo. Que tuviera desparpajo con el balón”. El jugador trató de corresponder desde el campo poniendo los cinco sentidos en cada acción. “Intenté ayudar al equipo en todo lo que pude”.

La primera aparición del Levante llevó impresa su rúbrica. “Vi que me doblaba Jefferson y dudé si pasarle el balón, pero al final opté por disparar, aunque el portero estaba bien colocado”. Más tarde barnizó el cuero con el exterior con calidad para desabrigar la defensa perica y dejar solo a Ghilas ante el arquero. Es indudable que cada presentación en partido oficial de un canterano espolea al resto de los futbolistas que integran la escuela de Buñol. Es un premio al esfuerzo generoso y gremial de infinidad de jóvenes. “A toda la gente del filial y del fútbol base les ayuda a seguir trabajando”, asume. “Nos la jugaremos en el partido de vuelta en Cornellà-El Prat”, añade con un punto de rebeldía tras reflexionar sobre el valor del empate. Y mantiene el oremus. Hasta entonces, y a la espera de nuevas oportunidades, centra la atención en el Atlético Levante.