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Primer equipo

Otro partido para acrecentar la confianza

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La prueba no está desprovista de una dureza que puede resultar extrema en consonancia, por otra parte, con las coordenadas que caracteriza a la categoría de Plata. Como norma, no suelen despuntar enfrentamientos menores por el horizonte. Y parece una condición inquebrantable desde el amanecer de la competición. El calendario va avanzando y el grado de dificultad aumenta y de manera exponencial y considerable. El Levante aterrizará mañana en Reus con la finalidad de medirse a su más inmediato en la clasificación general, si se descarta la figura robustecida del Sevilla Atlético, por cuestiones más que evidentes por su condición de filial. Los datos advierten del ascendente de la cita desde la perspectiva levantinista. Siete puntos distancian a los dos oponentes que casi cincuenta años después volverán a verse las caras en el marco de la competición oficial. Desde este prisma, resulta posible dimensionar el valor de la victoria y el significado moral que puede acompañar al triunfo. El Levante salta al verde para tratar de dar un nuevo golpe de jerarquía en el ámbito de LaLiga 1|2|3 y para lanzar un mensaje diáfano y desafiante hacia el resto de los inquilinos de la categoría. Su consistencia no parece estar en entredicho, ni tan siquiera después de dejarse un punto en el Ciutat de València frente al Getafe, pero, de manera periódica, aparecen encuentros que ratifican rangos y certifican grados.

Puede ser el caso, tal y como aconteció hace un par de semanas en el Estadio Municipal de Anduva ante un Mirandés que parecía invulnerable e inmune a las acometidas de sus rivales. La memoria recuerda que el Levante rasgó ese halo de protección que acompañaba a la escuadra castellana en su entorno más cercano. El choque ante la sociedad rojinegra llega en la jornada decimotercera del campeonato de la regularidad. Para los agoreros habría que desterrar el significado peyorativo que encierra el trece, un número que parece maldito desde tiempos inmemoriales. Y parecen sobrar los motivos. No hay trece malo para un Levante que saltará al Estadio Municipal de Reus ungido como líder de LaLiga 1|2|3, una característica que adorna su expediente en las últimas semanas, y con la posibilidad de ampliar los márgenes con respecto a los más inmediatos perseguidores en la tabla. Hay más datos que avalan al grupo de Muñiz. La estadística acentúa que la entidad de Orriols se comporta con una solvencia exquisita lejos de sus dominios.

De hecho, es el equipo que más puntos suma, once, como foráneo en el trayecto liguero y la dupla compuesta por Roger y Jason capitalizan la acción del gol después de que sus botas venenosas hayan conquistado catorce de las veintiuna dianas que nutren el currículum del bloque blaugrana en ese capítulo del juego. No obstante, y pese a las evidencias, hay un respecto mayúsculo por parte de los pupilos que prepara Muñiz. “El Reus está haciendo muy buen año, por méritos propios, está trabajando muy bien, sacando puntos en casa”, advierte el preparador azulgrana contextualizando la enorme dificultad que encierra la cita en tierras catalanas. “Es uno de los equipos que más distancia recorre. No tiene individualidades, pero es compacto y rocoso, sacrificado y solidario”. A su juicio, “No es casualidad lo que está haciendo y merece estar en los puestos altos”. Jason secunda este planteamiento. “Es un equipo que recorre muchos kilómetros en el partido y se repliega muy rápido. Nos va a costar bastante hacerle daño en ese aspecto”. De las declaraciones emitidas se deduce que el Levante deberá mostrar su mejor imagen y conjugar con la identidad que caracteriza sus movimientos sobre el campo. La intensidad, la pelea o la garra son aspectos que no se discuten en la libreta de Muñiz.