
Partido grande en el Ciutat entre dos titanes de LaLiga 1|2|3
El partido entre el Levante y el Real Zaragoza parece de dimensiones colosales. No se trata de una afirmación gratuita. Tampoco está desprovista de argumentaciones. Dos de los titanes de LaLiga 1|2|3 entrecruzan sus miradas sobre el verde del Ciutat de Valencia con el liderato en oferta, pese a que la competición atraviesa por un estadio crepuscular y restan infinidad de acontecimientos por dirimir todavía. El desafío enmarcado se fundamenta en virtud de los condicionantes que realzan sobremanera el contenido de una confrontación pautada para las 20:00 horas con las cámaras de Gol TV levantando acta de todo aquello que acontezca sobre el pasto del coliseo azulgrana. El feudo de Orriols se apresta a cobijar a dos adversarios que comparten estatus y rol en el nacimiento del campeonato de la regularidad. En ese sentido, sus destinos parecen converger. Los dos comparten espacio en la zona más noble de la tabla después de conseguir en propiedad dos triunfos y una igualada que disparan sus respectivos expedientes hasta abrazar los siete puntos. Los valores deportivos de cada equipo, que cotizan al alza por cuestiones más que evidentes, parecen conjugar con los aspectos mentales. Las dos escuadras arriban a la cita reforzados desde un prisma anímico.
Los triunfos y las percepciones experimentadas sobre el terreno de juego refuerzan la psique cada uno de los protagonistas. Nada como conjugar con las victorias para aumentar la autoestima. Es una evidencia que, desde esa perspectiva, el partido se presenta repleto de alicientes. En el Ciutat, que ayer cumplió 47 años desde su estreno, se miden dos de los mejores anotadores de la categoría. Ángel y Roger estarán, desde una perspectiva geográfica, separados por un auténtico océano, pero focalizarán la atención. El gol lleva impreso sus respectivos nombres en la epifanía del curso. En cualquier caso, parece harto complicado que cualquiera de los dos sea capaz de sorprender a su oponente en virtud de un pasado que resulta confluyente. Roger se ciñó la elástica aragonesa y Ángel lució la camiseta azulgrana. Hoy defienden los intereses contrarios y parecen asociarse al gol. Entre los dos han anotado seis goles en la competición.
En el caso del atacante canario, asume más del cincuenta por cien del capítulo anotador del grupo que conduce Milla. En las botas de los killers hay veneno. Lo cierto es que se enfrentan en el Ciutat dos bloques con perspectivas divergentes. El Levante ha basado su juego en una posesión incontestable del esférico. Se muestra fiel a esa idea de dominio y de control. En el Nou Estadi de Tarragona acumuló unos porcentajes muy elevados, aunque finalmente el triunfo se resbaló. Y esa tónica se mantuvo en el duelo ante el Alcorcón en territorio granota. El Zaragoza no parece encontrarse incómodo sin el balón en los pies. En su filosofía concede sentido al contragolpe. Cuenta con jugadores devastadores en esa práctica. Aúna velocidad y verticalidad en la salida con la precisión en la transición que imponen dos viejos rockeros que han regresado al club maño este verano en alusión directa a Cani y Zapater. Conforman la reserva espiritual del sentimiento zaragocista. Es incontestable que el vencedor de esta noche no habrá dado un golpe mortal a su enemigo, sin embargo hay un factor emocional inamovible en la victoria. No se prevén cambios de consideración en el esquema de Muñiz. El preparador pierde a Rubén por lesión.