
Pedro López; el centinela de la memoria más reciente del derbi
Emergió desde el banquillo para resguardar el costado derecho de la retaguardia azulgrana en el Estadio Santiago Bernabéu con la pasión y la responsabilidad que suele mostrar cada vez que se ancla al verde para competir. El suyo suele ser un ejercicio de resistencia que se prolonga hasta el pitido final. Cada partido es una batalla. El cronómetro registraba el minuto veinte de la confrontación ante el vigente campeón de la competición liguera. En ese instante, Ivi amenazaba con hacer saltar la banca en mil pedazos. El atacante azulgrana sorprendió con un remate ajustado al que no pudo oponer resistencia Casilla. Pedro López regresó al verde con la finalidad de defender con las garras afiladas un marcador que sonreía a los intereses azulgranas. Atrás quedaba un período de inactividad prolongado por mor de una inoportuna lesión que le alejó del pasto. Por delante surgía un partido de condiciones mayúsculas. El capitán regresó con los cinco sentidos puestos en el choque ante la escuadra de Zidane, pero sin perder la perspectiva que entraña la disputa del derbi de la capital del Turia que cruzará al Valencia y al Levante en el coliseo de Orriols el próximo sábado desde las 13:00 horas.
No es un encuentro carente de significación por cuestiones más que evidentes. Tampoco es un partido que el defensor tenga que descifrar para interpretar su contenido. Quizás las cartas están totalmente alzadas. Pedro aparece como el guardián de la memoria más reciente de un duelo repleto de simbolismo que brota de nuevo en el tiempo presente para recuperar su efervescencia y magnificencia. El defensa custodia el blasón azulgrana desde la experiencia que determina su anclaje al rectángulo de juego en confrontaciones de esta índole. Además, luce el emblema que le unge con la condición de capitán. Los números conforman el andamiaje de esta argumentación. Si salta al césped este fin de semana la sensación que experimente en lo más profundo de su ser no será desconocida. Resulta posible atestiguar su presencia en seis derbis desde su compromiso con la entidad levantinista en el verano de 2011.
El registro adquiere trascendencia y amenaza con aumentar siempre en el caso de partir entre los escogidos por Muñiz el próximo sábado, un aspecto que cotiza al alza tras la lesión de Iván López en el Bernabéu. La presencia del lateral valenciano en los derbis de la segunda década del tercer milenio es habitual y su rastro puede seguirse desde su conversión en futbolista vinculado a la causa levantinista. La relación empieza a presentar notoriedad. Y las emociones, obviamente se multiplican. El relato, desde un prisma personalizado, nace un domingo uno de abril de 2012 en Mestalla. En cierto modo, el Levante vengó la derrota del partido de ida en el Ciutat con una igualada surgida de Kone. La sociedad azulgrana esprintaba en la clasificación en un curso mágico en busca de la Vieja Europa. Aquella tarde primaveral compartió tareas de contención junto a Gustavo Cabral, Ballesteros y Juanfran.
Un año después fue testigo de excepción de la diana de Martins. Munúa se convirtió en el heraldo del gol obtenido por el atacante africano con un pase en profundidad desde la caverna de su área. Aquella victoria cambió el registro del derbi en el feudo de Orriols. Desde entonces los triunfos de la escudería local se suceden en territorio azulgrana. Aconteció bajo la égida de Caparrós y en el postrer precedente con Rubi. Y su presencia se caracteriza por la continuidad con la única excepción del ejercicio 2014-2015 con Lucas Alcaraz a los mandos del banquillo blaugrana. El duelo conlleva un valor estadístico. Una nueva muesca en su currículum supondría su séptimo entorchado. En la historia más reciente del derbi superaría los registros de Ballesteros y Rubén García, que acumulan seis presencias. En la cima se mantiene Juanfran con diez confrontaciones.