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Primer equipo

Roger, en el reino de Ortuño

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Roger busca proyectarse en el reino de Ortuño. Es una evidencia y absoluta; el partido entre el Levante y el Cádiz, programado para la tarde de mañana sábado desde las 18:00 horas sobre el verde del Estadio Ramón de Carranza, aparece impregnado por la huella impresa que refleja el gol. Y su destello es resplandeciente. Y no parece que vaya a oscurecerse. Desde ese prisma, y siguiendo ese planteamiento, que capitaliza la atención en la suerte suprema de la disciplina del balompié, las miradas se centran sobre Roger y sobre Ortuño. Son los epítomes del gol en el ámbito de la categoría de Plata durante la presente temporada que ya se acerca a su definitivo ocaso. Los dos atacantes barnizan sus condiciones con el gen goleador que les identifica y caracteriza para conferirles una pátina de afinidad. Se trata de un distintivo que brilla en el ADN de cada uno de ellos. Son devastadoras y letales cuando avistan la portería contraria. Desde ese prisma, se comportan como dos depredadores carentes de escrúpulos cuando aparecen por el interior del área de sus oponentes. No hay piedad en su pensamiento ni en sus manifestaciones cuando cercan ese espacio. En ese limes es donde desarrollan y expresan lo mejor de su praxis. Los números justifican la veracidad de esta exposición.

Roger con veinte dianas lidera la clasificación personalizada de los principales killers de LaLiga 1|2|3 junto a Joselu. Dos peldaños por detrás aparece la figura del atacante cadista. Sus botas han conmemorado diecisiete tantos que han marcado el recorrido liguero de la entidad de la Tacita de Plata. Roger y Ortuño no solo personifican la producción anotadora de los clubes que defienden. Sus dígitos, si pudieran unirse, superarían el caudal ofensiva de parte de los clubes inscritos en la Segunda División. El Reus o Almería ejemplifican están tendencia que muestra un bagaje inferior a la voracidad goleadora mostrada por ambos. Roger pisará mañana sábado el territorio que defiende Ortuño. La batalla por el gol se presenta cruenta. Es incuestionable que hay una diferencia conceptual en el fútbol que proponen, pero si se rastrean sus carreras hay puntos de ligazón que les vinculan.

Desde esa perspectiva podría acentuarse el curso que compartieron emociones en las filas de la sociedad azulgrana. Ortuño y Roger convergieron en el filial que dirigía desde el banquillo José Gómez en un ejercicio histórico. Morales se convirtió en testigo de excepción de esa relación. Entre los tres hay un vínculo de amistad que les une. En el currículun personal de Roger y también en la hoja de ruta de Ortuño aparece la estela de Juan Ignacio Martínez. En cierto modo, el preparador alicantino profetizó las condiciones de cada uno de ellos. JIM, en su etapa en el banquillo del Albacete, descubrió las prestaciones de un imberbe jugador que adquiría ascendente en el Juvenil División de Honor de la entidad manchega. Era el azote del gol y respondía por Ortuño.

El técnico le brindó la oportunidad de asaltar los muros de la categoría de Plata cuando todavía no había cumplido la mayoría de edad. Esa experiencia contó con un nuevo capítulo similar en la institución del barrio de Orriols. Las coordenadas resultan concordantes. Roger acaparaba protagonismo en el filial azulgrana. El gol no tenía misterios para el joven atacante valenciano. Su proyección le guió hasta la cima que establece el primer equipo. Roger dejó su sello en la Copa del Rey ante el Alcorcón y anotó el gol 300 del Levante en la máxima categoría en Vigo. Juan Ignacio surgía entre penumbras. Su decisión fue fundamental en el trasvase de índole deportivo del actual pichichi de la división de Plata. El tiempo presenta parece conectarlos de nuevo. La propulsión y el embrujo que están adquiriendo resulta incontestable.

El ascendente y el influjo compartido en sus ecosistemas así lo atestigua, pero el camino, si se amplía la perspectiva temporal, no ha sido sencillo. El fútbol les impuso muros y dificultades que lograron abatir con tesón y con fe. Asociados a clubes de la elite, Levante en el ejemplo de Roger, y Las Palmas o Granada por lo que respecta a Ortuño, no dudaron en hacer la valija en busca de nuevas oportunidades en horizontes totalmente desconocidos. Esa inquietud forja un carácter indómito. Unicamente los más osados sobreviven. Esa predisposición hacia la trashumancia queda patente en las reiteradas cesiones al Real Zaragoza y Valladolid de Roger o en la búsqueda de minutos en Girona, Mallorca, Real Zaragoza y Cádiz de Ortuño. Hoy tratan de reivindicarse. En el ejercicio en plena vigencia se están desafiando a sí mismos. Es un reto personal y colectivo. Lo hacen a través del gol. Son los dueños del gol.