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Primer equipo

Roger proyecta al Levante hacia el cielo

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Su primera aparición en el área del Reus concluyó con un disparo que pasó silbando el palo largo de la meta defendida por Badía. Quizás fue el preludio de lo que iba a acontecer minutos más tarde ya con el partido navegando hacia su capítulo final. No conviene dejar pensar en exceso a Roger. Tampoco parece conveniente perder de vista su figura, máxime cuando se trata de intuir la acción definitiva del gol. Roger siempre está en alerta y todos sus sentidos se disparan para aprovechar el más mínimo error. Su condición de depredador del gol le llevó a despedazar a su presa sin ningún tipo de piedad. Atienza tuvo un desliz en la salida del balón. El central trató de combinar con su portero sin observar la silueta amenazadora del pistolero. Fue una invitación sugerente para que el atacante siga rellenando con dianas su particular zurrón. En ese instante, la suerte del Reus estaba echada. Roger mostró nervios de acero en una jugada que pareció perpetuarse. El killer se acomodó el cuero y alzó la vista para analizar los movimientos desesperados del cancerbero local. Los hados estaban de su lado. Badía reculó y el atacante pisó el área para cruzar el esférico con determinación y ratificar una nueva victoria.

En cierto modo, fue un gol que conjuga con el diez, si se trata de presentar los guarimos anotadores que disparan a Roger al altar de los máximos goleadores de la Liga y la distancia que aleja al Levante de sus más inmediatos perseguidores sobrepasada un jornada más. La asociación de ideas es recurrente. La escuadra azulgrana volvió a lanzar un nuevo mensaje a sus adversarios en un escenario repleto de complejidad que nadie había sido capaz de devastar. No obstante, el relato de la victoria no fue sencillo. El líder demostró capacidad de sufrimiento para sobrevivir a las acometidas de su adversario, que básicamente se desarrollaron durante el primer acto de la cita, y un profundo sentido gremial, y lealtad al trabajo colectivo, para mantener la exigua renta obtenida tras la diana de Roger. En ese sentido, su fiabilidad parece absoluta. Lo advierten los números y también las emociones que destilan sus protagonistas. Sobre el verde del Estadio Municipal se materializó un principio que acompaña a la categoría y que acentúa su extremada igualdad.

Las distancias entre los adversarios son prácticamente inapreciables y el equilibrio es supremo. Y a veces un partido puede cambiar por una acción episódica. El Reus, un equipo que la pasada temporada militaba en Segunda División B, tuteó en distintas fases del duelo a una escuadra que procede de la elite. Lo mejor del fútbol local gravitó entorno a Carbia. El futbolista de la escuadra catalana mostró lo mejor de su repertorio, principalmente en la primera mitad de la confrontación. Él solo se bastó para desnortar la medular establecida por Muñiz. Fue un futbolista del todo indetectable en ese espacio a caballo entre el medio del campo y la zona de la mediapunta que, en ocasiones, resulta tan difícil de resguardar. Carbia se acercó a la invisibilidad para encontrar grietas por las que colarse. Su astucia para atrapar esos puntos de fuga generó una sensación cercana al caos. Las dudas se multiplicaban cuando entra en contacto con el balón. La acción se repitió con profusión; como surgido de la nada, Carbia daba dos pasos hacia atrás para adquirir protagonismo.

En ese instante ya había resquebrajado la presión levantinista y generalmente miraba de forma diáfana en dirección hacia los dominios defendidos por Raúl Fernández. Carbia dibujó la acción más atrevida después de filtrar, con intención y calidad, un pase entre los zagueros azulgranas que dejó a Máyor desnudó ante el meta vasco. El gol se mascó en esa jugada en el Estadio Municipal de Reus, quizás la más rotunda del capítulo inicial. Sin embargo, el disparo ajustado de atacante rojinegro rozó el palo de la portería blaugrana. Sufrió el Levante cuando el Reus fue capaz de alejarle del balón. Y durante el primer tiempo lo consiguió. La seguridad que trasmitía el Reus contrastaba con las incógnitas que parecía cernirse sobre un Levante que se mantenía erguido asido a las manos providenciales de Raúl. Muñiz ajustó el corazón granota en el descanso con la inclusión de Rafael por Lerma. El panorama cambió con la diana de Roger. Máyor tuvo la igualada en su cabeza, pero el Levante fue apaciguando la fe que hasta entonces había mostrado su oponente con criterio y veteranía para amasar el noveno triunfo del actual recorrido.


Reus: Badía, Benito, Ángel, Babic, Folch, Vaz (Miramón, min 63), Carbia (Edgar Hernández, min 81), Atienza, Albistegui, Jorge Díaz (David Haro, min 73) y Máyor.

Levante UD: Raúl, Toño, Lerma (Rafael, min 46) Roger, Morales (Abraham, min 88), Postigo, Chema, Pedro López, Natxo Insa, Jason y Campaña (Rober Pier, min 90).

Árbitro: Árbitro; Rubén Eiriz Mata. Amonestó con cartulina amarilla a Vaz, Atienza, Carbia y a Pedro López.

Goles: 0-1. M. 61. Roger.