
Roger, su estreno goleador ante el Real Club Celta y el gol 300 en Primera División
Quizás Roger esboce una sonrisa mayúscula si en la inmensidad del relato futbolístico que está protagonizando, desde su conversión en futbolista profesional, aparece el nombre del Real Club Celta de Vigo. Los motivos se agolpan y están justificados en virtud de todo aquello que aconteció en el capítulo final de duelo que reunió a la escuadra viguesa y al equipo que ejercitaba desde el banquillo Juan Ignacio Martínez. Los caminos marcados se entrelazan. Hay un vínculo estrecho que ejerce de conexión. El Pistolero desenfundó su revólver en el feudo de Balaídos. Se trata de uno de esos momentos capitales que quedan retratados en el interior de la memoria más personal por todo lo que significa. No fue una diana más. En realidad, fue su estreno en el ámbito de la competición en la máxima categoría defendiendo la elástica de la sociedad azulgrana. Fue una especie de bautismo. Roger quedó ungido por el sacramento del gol en el cosmos de la Primera División. El contador del atacante, todavía por entonces vinculado al universo del filial, se puso en marcha en el coliseo gallego en una tarde fría y glacial de diciembre de 2012.
El tiempo pareció detenerse con la imagen de la acción situada en las cercanías de la portería que resguardaba Javi Varas. La duda pareció germinar. El partido se acercaba a su ocaso final y el gol conquistado con anterioridad por De Lucas parecía decantar el signo del encuentro. No obstante, no había que desestimar el poder de reacción de un colectivo acostumbrado a sortear las contradicciones. Barkero fijaba la mirada en el interior del área celtiña. La portería adquiría evanescencia. El jugador vasco trataba de procesar la situación y las coordenadas para ofrecer una respuesta convincente desde la estrategia. Roger tomó posiciones en inmediaciones de la meta gallega de manera paralela. El lanzamiento de Barkero chocó en la barrera local. Los acontecimientos se precipitaron en apenas unos segundos. Michel apareció en escena para localizar la aparición del Pistolero.
El balón cruzó el área del Celta para impactar en la bota de Roger. El Levante rescató un punto en el ocaso de la confrontación. El importe del empate adquiría lustre. El joven atacante granota elevó los brazos al cielo en señal de respeto hacia la figura de su abuela. El primer gol en el ecosistema de la Primera División tenía una dedicatoria muy especial. La diana en cierto modo condensaba las singularidades del atacante. Todo aquello que sucede en el interior del área no escapa a su radar. El Pistolero estaba en el instante más determinante, en el punto exacto para materializar el gol. Es una acción que ha contado con reediciones a lo largo de su carrera. Aquel gol estaba condenado a perdurar en el imaginario azulgrana. En las últimas semanas el Levante buscaba con ahínco elevar los registros anotadores hasta alcanzar el umbral de los 300 goles en la elite. El fútbol suele ser caprichoso en las resoluciones que adopta. Quizás Roger fue el goleador más insospechado. El viento no parecía soplar a su favor. Sin embargo, las señales fueron variando en las jornadas previas para aliarse con su persona. El ataque levantinista era territorio fértil para las aventuras de Obafemi Martins.
Había un consenso absoluto en torno a sus prestaciones. Su irrupción fue devastadora. Roger adquiría brillo en las filas del Atlético Levante. Los goles en el Grupo III de la Segunda División llevaban su rúbrica. El Pistolero seguía desnudando las defensas rivales en consonancia con los hechos acaecidos la temporada anterior el en marco de la Tercera División. Diciembre de 2012 estuvo marcado por la exigencia. El Levante se batía en la Liga Europea, en el formato de la Copa del Rey y en la Liga doméstica. Había que agitar el banquillo. Unos días antes de la cita ante el Real Club Celta, las molestias físicas de Martins y la marcha definitiva de Gekas descorrieron el telón para alumbrar a Roger. El Pistolero saltó al verde del Ciutat en el choque copero ante el Melilla. No tardó en desvencijar el marco de Dorronsoro. Juan Ignacio en sala de prensa desveló que Roger entraba en sus planes. En los primeros días de diciembre su nombre aparecía entre los convocados para el duelo ante el equipo de Balaídos.