Skip to main content
Primer equipo

Una derrota excesiva en el Wanda Metropolitano para un Levante digno

Aún no hay reacciones. ¡Sé el primero!

No perdió la dignidad. Tampoco la compostura. Ni la fe o la valentía a pesar de que los golpes certeros y mortíferos de los atacantes del Atlético de Madrid fueron minando la conciencia de los jugadores azulgranas. Quizás haya muchas maneras de evaluar la derrota saldada por las huestes que prepara Paco López en el Estadio Wanda Metropolitano (3-0) que rompe un ciclo brilante en clave levantinista tras tres triunfos y una igualada, si se acota el período establecido desde que el preparador valenciano permutará los mandos del Atletico Levante por el cetro del primer equipo. Si la lectura acentúa el valor que incontestable que establece la diferencia de goles entre los dos protagonistas, podría advertirse que fue una victoria sin paliativos en favor de la escuadra que alecciona desde el banquillo Diego Simeone. Quizás esa lectura cayera en la simplicidad, aunque permitiría poner el acento en los recursos infinitos que distancian a los inquilinos que conforman la vanguardia rojiblanca. Hay veneno. Y mucho vértigo cuando el balón traspasa la frontera que delimita la línea de medios. El aspecto no es del todo desconocido y entronca con los caracteres que identifican el juego propuesto por el Atlético de Madrid.

Todo aquello que se puede pronosticar se convierte en impredecible cuando el cuero se aloja en las botas de Griezmann, Correa o Fernando Torres por citar la nómina de los atacantes atléticos con minutos de relevancia en la cita ante la sociedad azulgrana. Los goles conquistados ejemplifican esta tendencia que enfatiza lo inimaginable. El atacante argentino sacó brillo a su chistera para desconcertar a los defensores foráneos en apenas un palmo de terreno. Fue una maniobra difícil de pronosticar y sumamente compleja de defender. De ahí la trascendencia que adquiere una acción repleta de electricidad. La diana de Correa tuvo un efecto persuasivo en la evolución del enfrentamiento. El Atlético de Madrid no se mostraba excesivamente fluido. Y la inercia se mantuvo con las dianas de Griezmann y Fernando Torres. Uno de los emblemas de la historia del Atlético dejó su estela en un partido repleto de simbolismo desde un prisma más íntimo.

Torres inicia su cuenta atrás con la camiseta a rayas blancas y rojas. Su volea incendió el Wanda Metropolitano desde un prisma anímico. Las emociones se dispararon. Su fútbol no era ligero. Lo cierto es que nunca desertó el Levante del duelo. Nunca abjuró de un pensamiento que trató de mantener iinalterable por encima de los contingentes en forma de goles en contra que fue recibiendo. No lo hizo cuando el partido anunciaba una paridad que rasgó Correo. Y tampoco renunció a sus creencias cuando la victoria se convertía en una quimera tras las acciones devastadores del delantero francés y de Torres ya en la reanudación. Otra cuestión es que fuera capaz de canalizar su ideario sobre el verde y que fuera capaz de entrometerse, con razones de consideración, en un encuentro que parecía domsticado por su adversario cuando amanecía la segunda parte. Y en el expediente azulgrana podrían contabilizarse apariciones sobre la portería defendida por Oblak, principalmente en varias cabalgadas protagonizadas por El Comandante.

Morales celebró los 100 partidos con la elástica azulgrana en la elite, pero la atención fue para Aly. El defensor mauritano resolvió la incógnita que pendía sobre la composición definitiva del lateral zurdo ante la ausencia por sanción de Coke y las lesiones encadenadas de Toño y Luna. Su actuación fue convincente y reveladora. Aly aplomó sus botas al Wanda Metropolitano para adquirir relevancia. Esa versión que enfatiza la valentía colectiva y redunda en la defensa de una doctrina quizás sea uno de los aspectos a resaltar del desarrollo de un duelo que hay que olvidar con celeridad para volverá empezar. Máxime cuando sobre el horizonte se anuncia otro partido de tintes apocalípticos ante el Málaga en el Ciutat de València. Y no hay apenas tregua en una semana que destierra cualquier tipo de respiro físico y mental. Suele suceder en este tipo de confrontaciones y en este tipo de escenarios; la dignidad del rival parece en entredicho por la potencia, a veces devastadora, del marcador.



Atlético de Madrid: Oblak; Vrsaljko, Savic, Godín, Lucas Hernández; Correa, Koke (Gabi, 62'), Saúl Ñíguez, Vitolo (Juanfran, 78'); Gameiro y Griezmann (Fernando Torres, 58').

Levante UD: Oier; Pedro López, Cabaco, Róber Pier, Aly (Chema, 78'); Jason (Ivi, 46'), Lerma, Campaña, Morales; Roger y Sadiku (Bardhi, 46').

Árbitro: Amonestó, por parte del Atlético, a Lucas Hernández (28') y Griezmann (40') y a los levantinistas Pedro López (34').

Goles: 1-0, min. 32: Correa. 2-0, min. 48: Griezmann. 3-0, min. 77: Fernando Torres.