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Primer equipo

Una victoria de enormes proporciones

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Hay soluciones grandilocuentes para conquistar confrontaciones de proporciones desaforadas. Quizás fuese el caso, si se escruta la acción capital desarrollada por Campaña cuando el partido moría y el marcador anunciaba una igualada que no parecía contentar a ninguno de los dos adversarios. Habían pasado un montón de cosas en el cómputo general de los noventa minutos, en un partido marcado por la pasión y el arrebato, y el Ciutat del València parecía envuelto por ese aire de fatalidad que, en ocasiones, le impregna, pero el destino reservó una exquisitez mayúscula en las botas de José Campaña. Fue algo así como la quintaesencia del gol. El cronómetro había agujereado el tiempo reglamentario cuando el mediocentro se proyectó hacia los dominios de Chichizola. Campaña alzó la vista tras amansar el balón. Su mente dibujó las coordenadas exactas. Vio la aproximación de Sadiku, pero por el rabillo del ojo, como si tuviera un súper poder devastador, observó la figura del meta canario muy por delante de la línea de gol. La luz se encendió de inmediato. Campaña lanzó una delicatessen para sumir al Ciutat en el éxtasis.

Hay jugadores con capacidad para desarticular un duelo con una sola mirada. Campaña forma parte de este círculo de futbolistas con visión periférica. Puede ser determinante y lo demostró con una deliciosa vaselina que acarició la red contraria para abrir un agujero en la clasificación. No hay imposibles sobre el tapete verde de un campo. Ataraxia e ímpetu en un golpeo de signo ganador desde que comenzó a elevarse sobre el cielo de Orriols. Campaña aunó juicio y linaje en la resolución de una de las jugadas más decisivas. Era un partido para atrevidos y para jugadores que no se dejaran someter por la presión y por las emociones. El toque evanescente del andaluz cerró una batalla titánica por la permanencia. Todo pudo pasar en el choque. El centrocampista marchó hacia la tribuna golpeándose con fuerza el pecho. En ese espacio palpitaba su corazón y el escudo del Levante. En cierto modo, el gol redimió a un jugador oscurecido en algunas fases de la presente competición liguera. Hoy se siente liberado y con vigor para mostrar todo el talendo que sus botas escoden.

José Campaña vuelve a sonreír y el juego granota vuelve a fluir por la línea de medios. Causa-efecto sobre el pasto del Ciutat. El gol, por sus consecuencias e impacto, no puede eclipsar una actuación convincente. Quizás en uno de los momentos más complicados de la cita se agigantó en la medular para prologar la diana de Coke. Campaña afinó su violín, esperando el instante más oportuno, para proyectar hacia Morales por el carril zurdo del ataque azulgrana. El Comandante puso el turbo, desbordó a Castellanos y disparó sobre la portería canaria. El rechace cayó ante la mirada inmisericorde de Coke. El defensor andaluz se disfrazó de delantero pillo para rebañar el cuero y anotar la primera diana de una matinal frenética. Era el minuto treinta y cinco y las principales noticias habían tenido como epicentro el área de Oier. De hecho, el cancerbero vasco alzó una tupida pared para desactivar a Imoh Ezekiel. El atacante nigeriano se coló entre los centrales para retar al arquero. No había nadie más a su alrededor. La grada dibujó un gesto de terror que Oier cambió con firmeza.

El crecimiento del guardameta vasco es exponencial al paso de las semanas y a la colección de titularidades al frente del marco levantinista. No hay partido en el que no deje su rúbrica. Quizás no había mejor manera para celebrar una vuelta completa resguardando el portal blaugrana. Su regularidad es absoluta. El Levante había sufrido los embates de la U.D. Las Palmas en el arranque del duelo. Halilovic resultaba definitivo. Su influjo parecía incuestionable. La escuadra de Paco Jemez propone un juego caracterizado por el intercambio de golpes. No es un equipo rotundo en sus manifestaciones, pero la concepción futbolística que defiende va erosionando al rival al paso de los minutos.

Propone una línea de presión muy adelantada, en un claro intento por ahogar la salida creativa de su adversario, y el balón corre por todos los costados del campo con velocidad. Además sitúa a muchos futbolistas cercando el área contraria. Eso implica que los oponentes rocen la extenuación en la búsqueda del cuero. En ocasiones, recuperarlo se convierte en una quimera. El rictus de Cabaco y Róber Pier era el fiel reflejo del desgaste. No obstante, el planteamiento tiene grietas. Esa vocación ofensiva genera espacios para atacar con velocidad. Morales aceptó el desafío. Nada más nacer la reanudación retó a Galvez y rozó la gloria del gol. Sin embargo, fue David García quien cazó la igualada en una acción que germinó desde la estrategia. Y Calleri asustó al coliseo de Orriols con un disparo envenenado. Las Palmas tenía la posesión y Morales amenazaba con desequilibrar el choque. El Comandante se asoció con Roger en un par de ocasiones. Sin embargo, la sociedad que efectuó con Campaña fue letal para reordenar la dirección de un partido capital con una victoria extraordinaria.

Levante UD: Oier; Pedro López, Cabaco, Róber Pier, Coke; Morales, Lerma, Campaña, Ivi (Bardhi, 67'); Pazzini (Sadiku, 62') y Roger (Postigo, 87').

UD Las Palmas: Chichizola; Aguirregaray (Benito, 75'), David García, Gálvez, Dani Castellano (David Simón, 67'); Etebo, Javi Castellano, Halilovic, Momo (Calleri, 46'); Etebo y Erik.

Árbitro: Amonestó a los levantinistas Morales (26'), Lerma (42'), Róber Pier (54') y Coke (60') y, por parte de la UD Las Palmas, a Javi Castellano (12'), Gálvez (68'). Expulsó por doble amarilla a Coke en el 85'. Expulsó a Rochina en el min 87.

Goles: 1-0, min. 35: Coke. 1-1, min. 49: David García. 2-1, min. 93: Campaña.