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Primer equipo

Una victoria de orgullo

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Quizás el Ciutat de València merecía una despedida que fuera en consonancia con el sentir de las emociones que ha experimentado en las últimas seis temporadas que ha pasado anclado a las estructuras de la Primera División. Y desde ese prisma nada mejor que una victoria ante el Atlético de Madrid con escasos réditos desde una perspectiva deportiva, pero con un profundo valor si se activan otros componentes que, en ocasiones, también acompañan al fútbol. La cita en el coliseo de Orriols aparecía desprovista de heráldica, si el análisis se centraba en exclusiva en el bando azulgrana. El descenso a la categoría de Plata es un hecho real desde el pasado lunes tras los tristes acontecimientos que se desarrollaron en Málaga. No obstante, el duelo presentaba enjundia. La supremacía en Liga BBVA pasaba por el feudo granota. El Atlético de Madrid venía proyectándose por la competición doméstica con la misma convicción mostrada en la Vieja Europa. Su paso era firme y decidido. Y sirva de arquetipo de esta afirmación su condición recién adquirida de finalista de Champions League tras descabalgar al Bayern de Munich y F.C. Barcelona en las últimas rondas. Y durante unos minutos soñó con la Liga y contemplo el horizonte desde el vértice más elevado y distinguido de la clasificación. Apenas dos minutos tardaron en conectar Koke y Fernando Torres. La sociedad es altamente explosiva. Lo viene demostrando en el campeonato de la regularidad. Koke alzó la vista y contempló la colada de Fernando Torres. El ariete encontró un pasadizo inexplorado y cerró la acción con una espectacular vaselina que superó la salida desesperada de Mariño.

El Ciutat de València y los jugadores azulgranas sintieron el yugo de la opresión cuando el partido acababa de amanecer. Las noticias eran especialmente luctuosas para el combinado que prepara Rubi. Si algo se acentúa del Atlético de Madrid de Simeonees su extremada capacidad para manejar los tiempos y el relato cuando se avanza en el marcador. Y el duelo no había cumplido el minutos dos cuando los futbolistas granotas volvían a la medular para reiniciar el juego. Sucede que el Levante no se amilanó. No era un día para amedrentarse. El gol de Fernando Torres no intimidó al bloque levantinista. Era un partido para defender su maltrecho orgullo y para tratar de restañar las heridas provocadas por el regreso a la Segunda División. Y el Levante tiró de fe y de coraje y también de fútbol para cambiar un guión que se antojaba tan turbio como opaco. El Atlético se encomendó al contragolpe para tratar de finiquitar el duelo. Y el Levante comenzó a creer en sus posibilidades apropiándose del balón y tratándolo con sentido.

Verza y Lerma crecían en la medular y Morales y Cuero trataban de percutir por los costados apoyándose en la sensatez que siempre imprime al juego Casadesús. Por el flanco derecho Pedro López sumó nuevos efectivos en ataque. El Levante se movía con elegancia por el campo partiendo del uso continuado del esférico. Verdú retrasaba unos metros su posición para desarrollar tareas de creación en la línea de medios. El equipo azulgrana se movía con armonía. Quizás en perspectiva, la primera premisa para optar al triunfo fue no caer en la mundana tentación de abandonarse a su suerte tras el terrible golpe inicial de Fernando Torres. El segundo aspecto a resaltar sería la solidez mental y la confianza que destilaba un grupo que tenía las ideas claras. Contundencia atrás para proponer argumentos cada vez que el balón caía en los pies de los jugadores azulgranas. Cuero ganó la línea de fondo para dibujar un centro que Casadesús cabeceó a la red. Casadesús se convierte en un futbolista indetectable cada vez que aparece por el área de su oponente. El atacante tiene esa capacidad para adquirir la materialidad desde la evanescencia.

El gol granota mudó el encuentro. Quizás al Atlético le comenzara a pasar factura el titánico esfuerzo de Munich. Las cartas estaban marcadas. Únicamente le valía la victoria para mantenerse en la pelea por el título. Los triunfos del Barcelona y Real Madrid empeoraban la situación. Simeone agitó el banquillo en el arranque de la reanudación. Griezmann y Carrasco se plantaron en el Ciutat. El Levante se mantuvo erguido en el arranque de la confrontación sabedor que cada minuto multiplicaba la ansiedad de su rival. El Atlético no llegaba con claridad a las cercanías de Mariño. Las tornas habían virado. Era el Levante quien apostaba por salir a la contra en dirección hacia Oblak. Morales trató de sorprender al arquero rojiblanco con un remate de cabeza tras una diablura de Casadesús. Morales interpretó a la perfección una nueva salida desde atrás. Por velocidad marchó de su par para dejar a Rossi solo ante Oblak.


Levante UD:

Atlético de Madrid:

Árbitro: González González. Amonestó con cartulina amarilla a Juanfran y a Giménez

Goles: 0-1. M. 2. Torres. 1-1. M. 29 Casadesús. 2-1. M. 88. Rossi.