Skip to main content
Primer equipo

​Y el fútbol alucina con Bardhi

Aún no hay reacciones. ¡Sé el primero!

Los focos le iluminaron quizás en uno de los escenarios más relevantes del balompié español. La heráldica marca el paso del Estadio San Mamés, heredero de una tradición futbolística que hunde sus raíces en la profunda noche de los tiempos. En ese espacio se expresó Bardhi. Lo hizo con contundencia y con convicción. El internacional por Macedonia era uno de los futbolistas más buscados a la conclusión de una victoria con abolengo que acerca a la escuadra azulgrana al desafío que significa abrazar la permanencia en el marco de LaLiga Santander. Sus reflexiones tenían consideración después de lo acontecido durante la evolución del duelo. Fue un doblete venenoso. Fueron dos minutos de unos efectos devastadores por las consecuencias de los dos zarpazos protagonizados por el futbolista de origen balcánico. Era el crepúsculo del primer capítulo del juego. El ejercicio de perseverancia y de certidumbre transmitido por el colectivo granota obtenía su recompensa.

Bardhi mutó la naturaleza de un partido que germinó borroso tras la diana obtenida por Raúl García. El encuentro parecía estar marcado por la envergadura de los goles conquistados por los rivales. Enis Bardhi respondió con clarividencia al futbolista rojiblanco para aniquilar la portería defendida por Kepa. El tiempo se desvaneció a su alrededor para difuminar las distintas variables que caracterizan su habitual mediación. En realidad, el tiempo quedó aletargado como la mirada del cancerbero vasco tratando de descodificar dos mensajes mortales por su contenido. Los dos minutos que distanciaron las sendas detonaciones del centrocampista azulgrana fueron el presagio de una pesadilla para Kepa. Nunca dos minutos escondieron semejante trascendencia. La huella de los dos goles ya es imborrable. Posiblemente permanezca en la mente de Bardhi y forme parte de la selectiva memoria colectiva del levantinismo.

Bardhi desafió al fútbol. Convirtió en real una causa que parecía perdida. Su derechazo fue sedoso. Sonido de violines en un templo del balompié. San Mamés tributó un caluroso reconocimiento al jugador macedonio tras marchar del verde mediada la segunda parte del choque. El homenaje fue leal y sincero. San Mamés es un campo honesto con el fútbol. Quizás no exista mejor termómetro para calibrar lo sucedido que el aplauso de la afición rival. Todo lo acontecido permanece muy cercano todavía. “Sabía que iba a volverá marcar”, advierte Bardhi con una profunda sonrisa en su rostro proyectando la vista atrás para volver a posicionarse sobre el tapete del coliseo vasco en el prólogo del segundo gol. “Volví a mirar el balón y a la portería”, resalta estableciendo las coordenadas y la distancia. Su cabeza entró en acción realizando un complicado ejercicio de cálculos.

“Estaba tranquilo. Lo puedes comprobar si ves la televisión”. Esos segundos fueron definitivos para la ejecución definitiva. Bardhi retó a Kepa reeditando el gol anterior. “Quizás pensaba que iba a buscar el palo largo, pero escogí otra vez el primero. Quizás le sorprendí”. Fue una batalla psicológica. Lo cierto es que el balón acarició las´mallas para impulsar al Levante en la lucha por la permanencia. Tiene talento e implicación. Es un chico que tiene intención de hacer grandes cosas en el fútbol”, valoró Paco López cuando se le interrogó por los goles de Bardhi. Más expresivo fue Morales. “Fueron dos goles de loco”. Y Bardhi sigue acaparando elogios unas horas más tarde. Suma su cuarto golpe franco que acaba en la mallas contrarias. El fútbol alucina con la capacidad del macedonio desde la estrategia. Es un maestro avezado. de sus especialidades.