Aitor habla del compromiso adquirido con el Levante desde la ilusión. Los sueños en ocasiones se manifiestan. Quizás sea el caso. La entente con la máxima categoría del balompié nacional ejerce de ligazón. El Levante pone forma a ese sueño. “Tengo muchísima ilusión. Desde niño el sueño de cualquier persona es jugar en Primera División. Yo tengo ese sueño y el Levante me da esa oportunidad”. No obstante, no es el único componente determinante en su conversión definitiva en futbolista de la sociedad azulgrana por las próximas cuatro temporadas con una más adicional. “El Levante es el equipo que más se ha interesado por mí”, advierte con una sonrisa que refleja satisfacción.

El arquero vaso se ejercitó en la jornada de ayer en sesión vespertina con la primera plantilla azulgrana en las instalaciones de Buñol. A su juicio, establece un cierto paralelismo entre el club de Orriols y el Numancia, su club de procedencia. “La familiaridad” en el trato en un aspecto que acentúa. Aitor afronta un desafío mayúsculo con el acuerdo alcanzado con la institución levantinista. Es evidente que hay un salto de calidad en su carrera profesional. La opulencia de la Primera División surge ante sí.

Su discurso subraya la colectividad sobre cuestiones más individuales. El hecho define su personalidad. El cancerbero propone una lucha sin tregua por obtención de la titularidad. “Trataremos de ayudar al equipo y el entrenador decidirá el que juega. Yo trabajaré al máximo por ayudar al equipo”. Aitor se reencuentra con Paco López. El técnico y el guardameta reeditan una vieja experiencia en las filas del filial del Villarreal. “Paco me conocía de mi estancia en Villarreal. Me ha dicho que siga siendo el de antes. Paco habrá tenido buenas palabras hacia mí y habrá tenido parte de culpa en el fichaje. Estoy muy contento de estar aquí y quiero cumplir los objetivos”.