
“La respuesta del equipo al gol ha sido pasar por encima del Alavés”, advirtió Paco López en su análisis de la confrontación que ha cruzado al Levante y al Alavés en el interior del Ciutat de València. La reflexión no era anecdótica. El grupo granota tuvo que desterrar sus miedos después de la diana conseguida por el conjunto vasco en...
El Comandante sigue pulverizando registros y los retos no se acaban
El suyo es un constante ejercicio de fe para superar las adversidades. Hay una reincidencia absoluta en sus manifestaciones. Morales no acepta un no por respuesta sobre el campo. Es una norma inquebrantable. Quizás no exista mejor indicativa de ese estado de ánimo y de esa confianza en sus piernas y en su mente que la consecución de la postrera diana. Morales contra el universo con Kepa como finalidad principal acaparando su atención. Las variables anunciadas advertían de la tremenda complejidad que entrañaba la acción. La distancia entre el balón, la situación geográfica del Comandante y el objetivo trazado que acentuaba la portería rojiblanca era sideral. Parecía una temeridad plantear la resolución finalmente alcanzada. Un auténtico océano por conquistar. Pero nada parece imposible.
Quizás esa idea entronque con la filosofía impuesta por Paco López desde su conversión en técnico azulgrana. “Hay que ser atrevidos”. Ese mensaje lo ha reiterado en cada una de sus comparecencias públicas. Y la idea ha calado en el colectivo desde un prisma personal y colectivo. El Levante se siente reforzado por los dioses y por la calidad que desprende su fútbol. Morales también. Acaba de festejar los cien partidos con el Levante en LaLiga Santander y no quiere parar. Quizas en la dificultad de la acción resida la fascinación del desafío. Quizás sean los aspectos que le dan vida al Comandante.
“Vi que el balón salía de nuestra área. Tenía mucho campo para correr”, advierte reconstruyendo los hechos. “Tengo una duda al principio. No sé si echarla en largo o no porque llevaba la gasolina justa”. No obstante, toma la toma de decisiones es veloz. “Veo a Willians y me tiro un autopase. Cuando llego al área se me tiran los dos centrales encima. Me voy para adentro, amago y se la pico a Kepa”, relata minimizando la dificultad de un gol que reconoció San Mamés. “Fue muy especial y merecido por el trabajo que habíamos hecho. Es un gol para recordar toda la vida”. Lo cierto es hay valores estadísticos por detrás de la diana. El Comandante suma diecisiete goles con la elástica granota en Primera División. Morales cerca los dieciocho consumados por Barral después de aventajar a Riga. Liderar el registro que distingue a los mejores anotadores en la elite está muy cercano a falta de cuatro choques para el cierre de la competición. Los siete goles en Liga y los dos conquistados en Copa le permiten mejorar su mejor registro en la materia que data del ejercicio 2015-2016 cuando concluyó el ejercició con siete.