Un Portal de Vallejo por el 30 aniversario de un Levante-Girona de récord
Un Portal de Vallejo por el 30 aniversario de un Levante-Girona de récord
El 4 de diciembre de 1994 el Levante y el Girona cruzaban sus caminos en el Ciutat de Valencia en partido de Liga en el universo de la Segunda División B. Era la decimocuarta jornada de la competición y el Levante había saldado con victoria las trece comparecencias anteriores. El desafío azulgrana ante el Girona era manifiesto; conseguir su decimocuarta victoria consecutiva y establecer un récord en el fútbol español. Esta nueva edición de Portal de Vallejo está programada para el domingo, 19 de octubre, a las 16 horas en el Ciutat, coincidiendo con el partido entre el Levante y Rayo Vallecano.
Un viaje de regreso a los años noventa
En Portal de Vallejo proponemos un viaje en el tiempo para recordar la temporada que revitalizó los lazos de pertenencia y la comunicación entre la afición granota y su equipo. El Ciutat registró entradas que superaban los quince mil aficionados en el marco de la Segunda B. Para una generación de granotas la imagen del estadio ante el Girona con la grada central, los laterales y la tribuna repletas de aficionados suponía disfrutar de una experiencia visual tan desconocida como gratificante y reveladora.
Juande Ramos al frente de una plantilla comprometida
Bajo la dirección de Juande Ramos, aquella plantilla del Levante 94-95 encadenó trece victorias consecutivas desde el arranque del campeonato en el Grupo III de Segunda B. El equipo vivía un momento mágico, un sueño sostenido por el compromiso y el talento de un vestuario irrepetible.
Treinta años después, muchos de aquellos protagonistas vuelven a asomarse al Portal de Vallejo. El Levante UD ha querido reunir a buena parte de aquel grupo inolvidable —los Portal de Vallejo. Los Rodri, Torres, Llorens, Carrero, Salva, Herrero, Uriz, Masnou, Gallego, Eloy, Ramón, Ballesteros, Engonga, Antonio, Hugo, Albelda, Nadal, Arquero, Parri, Paco López, Andrés, Juanfran, Boli, Hernádez o Alex regresan desde el pasado. , entre otros— para revivir la emoción de una etapa que marcó una generación.
Algunos no podrán acompañarnos por compromisos personales o la distancia, pero su recuerdo y su huella estarán presentes. Echaremos especialmente en falta a Fabado, que nos dejó hace unos años, pero cuyo nombre sigue resonando en la memoria levantinista.
Aquel Levante fue dejando un reguero de triunfos por allá por donde pasaba. Era un bloque devastador y despiadado ante sus oponentes. Fue una constante desde el nacimiento de la competición en Barcelona en un compromiso ante el Europa (0-2). Las victorias fueron encadenándose en la competición al devenir de las jornadas ante el asombro de la comunidad futbolística.
La victoria ante el Elche en la jornada décima (noveno triunfo consecutivo a falta de un encuentro aplazado ante el Nàstic) situaba a las huestes azulgranas a la altura del egregio Real Madrid del ejercicio 1968-1969 (nueve victorias en el arranque de la Liga). Vencer al Girona suponía dinamitar un récord que había conquistado el Racing Club de Santander a finales de los años cincuenta.
Todos pendientes del duelo entre el Levante y Girona
Aquella semana previa a la cita ante el Girona, el fútbol español giró su mirada en dirección hacia la Valencia granota. En realidad, fue una práctica habitual desde las semanas anteriores al choque ante la escuadra catalana. El Levante regresó a la platea del fútbol después de unas temporadas a la sombra de la Segunda División B. Al calor de las coronaciones, el equipo que lideraba Juande Ramos desde el banquillo, fue adquiriendo lustre y esplendor.
Cada partido adquiría luminosidad. Hubo victorias poéticas, como la conquistada ante el Elche (2-1) con remontada y parada de Rodri desde los once metros, y victorias por aplastamiento y sometimiento, como la alcanzada ante el Nàstic de Tarragona en el Ciutat (4-1). Los medios de comunicación acentuaban la osadía y la intrepidez con la que afrontaban las huestes de Juande las confrontaciones oficiales. Lo cierto es que la igualada final ante el Girona (2-2) supuso un punto de inflexión en aquel ciclo de conquistas ininterrumpidas.
