
“La respuesta del equipo al gol ha sido pasar por encima del Alavés”, advirtió Paco López en su análisis de la confrontación que ha cruzado al Levante y al Alavés en el interior del Ciutat de València. La reflexión no era anecdótica. El grupo granota tuvo que desterrar sus miedos después de la diana conseguida por el conjunto vasco en...
Del Ciutat de València a Ermelo
El tiempo presente adquiere trascendencia. La escudería levantinista afronta el segundo tramo de la actual pretemporada. Es quizás uno de los períodos más álgidos y determinantes, desde un prisma físico, pero también táctico, en la fase de planificación. El Levante saltará al verde en el País de los Tulipanes para enfrentarse a cuatro adversarios inscritos en el cosmos de la Eredivisie. El nivel no desciende desde el estreno ante el Bournemouth en La Manga el pasado viernes. La dificultad y la exigencia parecen aumentar. El colectivo regresará al verde el sábado en un choque ante el PEC Zwole. Y no tardará en retomar la acción. El domingo el adversario será el Feyenoord en el legendario estadio De Kuip. Utrech y Heerenveen cierran el ciclo de amistosos.
El bloque granota trabajará en una instalación que apenas dista unos diez minutos del Hotel principal de concentración. La jornada del jueves 26 de julio nació en Valencia. Despuntaban los rayos solares cuando los jugadores azulgranas acudían al coliseo del barrio de Orriols para emprender el desplazamiento a Ermelo. El plantel vuelve a un espacio que no le resulta desconocido. Hay que regresar al verano de 2014, con Mendilibar como preparador, para recuperar la imagen del Levante en tierras holandesas. No hubo variaciones sustanciales durante el período estival siguiente. De hecho, el Levante puso rumbo a Ermelo en fechas coincidente con Lucas Alcaraz como estratega. El Levante regresa a la patria de Wilkes y Cruyff, dos iconos del balompié mundial, en tiempos distantes, asociados al imaginario levantinista.
A las nueves y media los jugadores embarcaban en el avión que les trasladaría a Amsterdam. El bloque aterrizó en la capital de Nederland sobrepasada las 12:00 horas. Las dos horas que separan la ciudad del Turia de la capital de Holanda ofrecieron distintas estampas. Algunos jugadores decidieron sumergirse en brazos de Morfeo mientras que otros consumían el tiempo escuchando música, apelando a la lectura, viendo películas o jugando a las cartas. En el exterior de la instalación aérea les esperaba el autobús, personalizado con los caracteres que identifican al Levante El bloque compartió almuerzo ya en el Hotel Heerlickheijd Van Ermelo. La agenda está comprimida. Después de un reparador descanso toca entrenar. La primera sesión en Holanda está programada para las 18:30 horas.