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Treinta años después: el Portal de Vallejo revive al Levante "de récord"

El Portal de Vallejo reúne en la previa del Levante UD- Rayo Vallecano a la plantilla de la temporada 1994-1995

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Patrimonio Histórico

Portal de Vallejo ha reunido al Levante de récord de la temporada 1994-1995, en un emotivo reencuentro 30 años después. Los protagonistas rememoraron la racha de trece victorias consecutivas que marcó una época en Segunda B. El encuentro ante el Girona, que terminó en empate, fue el centro de recuerdos y anécdotas de aquel bloque histórico. Jugadores, técnicos y utilleros compartieron historias del vestuario, entrenamientos y vivencias que perduran en la memoria. Una tarde que celebró no solo la victoria, sino el espíritu y la unión de aquel equipo inolvidable.

El Levante de las trece victorias
El duelo ante el Girona podía significar la decimocuarta victoria consecutiva del curso. Aquel Levante arrancó la Liga con una racha imparable: trece victorias en los primeros trece partidos del Grupo III de Segunda División B, un hito que todavía permanece vivo en la memoria de los granotes. Cada encuentro reflejaba un equipo decidido, capaz de imponerse desde el primer minuto y de crear una identidad única en el fútbol de Segunda B.

El reencuentro tres décadas después
Portal de Vallejo permitió reunir a un elenco de aquella plantilla histórica: Ballesteros, Salva, Miguel, Andrés, Herrero, Albelda, Carrero y Javier Domenech, quienes no se veían desde hacía 30 años. La emoción del reencuentro fue palpable y constituyó la primera victoria de la tarde. Entre abrazos, risas y recuerdos, los protagonistas rememoraron aquellos días de esfuerzo, trabajo y triunfo colectivo, reviviendo el espíritu de camaradería que caracterizó al grupo.

Recuerdos de un Ciutat lleno
El partido ante el Girona concitó la atención nacional y el hoy Ciutat de València se llenó como pocas veces se había visto. Albelda recordó al llegar al estadio junto a su padre: “Me llamó la atención que había muchísima gente por los alrededores”. Salva destacó: “Recuerdo que había mucha afición en las gradas”. Herrero añadió: “Era bestial ver entradas de más de 20.000 espectadores durante la temporada. Y no sólo en el partido ante el Girona. Eso es algo muy difícil en Segunda B”. La expectación y el calor de la grada contribuyeron a que aquel encuentro se recordara. El recuerdo imborrable perdura para varias generaciones de aficionados granotes.

Juande, adelantado a su tiempo
Juande Ramos fue el líder espiritual de aquel colectivo. La mayoría de los jugadores coincidieron: “Tenía las ideas muy claras. Sabía lo que se hacía”. Herrero subrayó la modernidad de aquellos entrenamientos: “Hacíamos todo con balón. Por entonces no era lo más normal y nosotros lo hacíamos”. Incluso años después, cuando coincidió en un entrenamiento con Juande como preparador del Tottenham, recordó que le precisó: “Los entrenamientos son los mismos que hacías en el Levante”. El técnico manchego apeló a un mantra del fútbol en su respuesta: “Lo que funciona no hay que tocarlo”. La innovación de Juande, su claridad táctica y su capacidad para motivar al grupo fueron determinantes en la consecución de aquel récord.

Vida de vestuario y espíritu de grupo
Al margen del partido, los protagonistas desvelaron interioridades del vestuario. Carrero recordó que existían dos grupos: solteros y casados, y que los solteros quedaban habitualmente para salir, incluyendo la incorporación de Uriz y su mujer, quien se convirtió en uno más del grupo. La convivencia diaria fortaleció los lazos entre los jugadores, y las actividades fuera del campo, como paseos en barca por la Albufera o las comidas compartidas, potenciaron un sentimiento de pertenencia que aún hoy perdura. Cada anécdota evidenció cómo la vida del vestuario estaba marcada por la camaradería, la disciplina y la diversión compartida.

La emoción de la presencia de Juande
La guinda de la tarde fue la llegada de Juande Ramos a la sala 1909, al filo de las cinco. Su presencia colapsó la atención de la sala. Abrazos y saludos efusivos se multiplicaron. Pirri, mítico utillero, se emocionó al ver la estela del técnico. Juande incidió en la calidad del grupo: “Sin materia prima no se hace nada. Se gestó una plantilla espectacular. Gente joven y veterana. El vestuario funcionaba como un reloj. No éramos un equipo tan superior como los resultados dijeron, pero partido a partido el equipo se convenció que éramos capaces de ganar y esa fue la clave”. Añadió también: “Quedó un poso muy importante como se está comprobando 30 años después. Fue mi primer equipo profesional y me ha marcado durante toda mi carrera. El recuerdo es del grupo humano que teníamos”.

El valor de la no victoria
Portal de Vallejo permitió también reflexionar sobre el valor del triunfo y de la memoria deportiva. A veces, en la disciplina del balón, hay aspectos que adquieren mayor relevancia que la propia consecución de la victoria. El empate ante el Girona, lejos de empañar la leyenda de aquel Levante, se convirtió en ejemplo de cómo un equipo puede permanecer en la memoria colectiva incluso sin alcanzar la victoria en todos los partidos. Pese a que la victoria se resistió aquel día, aquel equipo forma parte del imaginario del levantinismo, consolidando una historia que sigue viva tres décadas después y que sigue inspirando a generaciones de aficionados. Cada detalle de aquella temporada, desde la racha de triunfos inicial hasta las vivencias del vestuario y el liderazgo de Juande, construyó un legado que trasciende los resultados y celebra el espíritu de un grupo inolvidable.