
El Levante UD informa que va a poner todos los mecanismos a su alcance para evitar cualquier posible mal uso de las entradas de invitación de las que van a disfrutar los abonados por la promoción del partido de vuelta del playoff ante el Albacete Balompié, que se jugará el miércoles día 7 a las 21:00 horas en el estadio...
Limones alivia el atasco del Levante
El equipo azulgrana ha dado la vuelta totalmente a la tortilla. Si la temporada pasada, la del descenso-ascenso, se jugaba por momentos como los ángeles y se perdía de manera vulgar, el equipo de Cantarero amplió ayer su repertorio. Si hasta ahora el Levante estaba acostumbrado a golear con buen fútbol y a arañar empates merced a su oficio, en esta ocasión demostró que también sabe ganar aprovechándose de un golpe de fortuna. Lo que antes acababa mal, ahora termina bien.
El fútbol, tan complicado a veces, resulta tan sencillo como estar en el sitio adecuado y en el momento justo. Limones, por ejemplo, supo rentabilizar esta teoría. El madrileño apenas levanta 172 centímetros del suelo pero marchó decidido a luchar con quien fuera en un largo saque de banda, cuestión siempre reservada a los gigantes del área. El balón iba por alto pero, cosas del destino, fue a parar a sus pies y a la media vuelta acabó con la osadía del Sporting. Benito Floro y todas sus filosóficas teorías sobre la importancia del saque de banda tuvieron ayer un claro y gran ejemplo.
Castaño, venido a menos
Pero el partido tuvo muchos más detalles que invitan a la reflexión. No hubo fútbol para aliviar el cada vez más delicado paladar del Ciudad de Valencia, pero el Sporting dio una lección de cómo se puede contrarrestar el potencial que aglutina este Levante. Borreguero y Cobas se hicieron los dueños del centro del campo y abrieron una vía de agua que Carpintero fue incapaz de tapar y que ahogó por completo a Castaño.
Quizás reaccionó tarde Cantarero porque lo cierto es que Castaño estuvo pidiendo a gritos un relevo desde los primeros minutos. Es probable, además, que lleve solicitándolo desde el enfrentamiento ante el Xerez. Pero, curiosamente, el primero gol, el gran tanto de Jofre, llegó con su participación directa. Fue la jugada más masticada por parte de los levantinistas, que ayer cuajaron su peor encuentro de la temporada. Castaño, Juanra y Cristian Díaz manejaron de un lado para otro el balón hasta que Jofre ajustó su punto de mira y apretó el gatillo... y con su pierna mala, la derecha. El catalán, si calibra mejor su predisposición defensiva y dosifica sus fuerzas, tiene abiertas de par en par las puertas de Primera.
El Levante había marcado en su primera aproximación. De nada le sirvió al Sporting controlar y acercarse con más peligro a Rafa. Tuvo que esperar, en cambio, a la segunda mitad, para superar en un córner al meta valenciano, anclado en demasiadas ocasiones a la sombra del larguero, donde se muestra mucho más cómodo y seguro.
Ya con Rivera sobre el césped, los levantinistas recuperaron poco a poco el pulso al encuentro, cosido siempre por el planteamiento de Maceda, que cegó el centro del campo y vació de fútbol las bandas levantinistas, lección de la que deberá extraer conclusiones Cantarero para posteriores citas con rivales de similar ideal futbolístico.
Entregado el público y con el Levante lanzado a la desesperada, Limones estrelló en el palo un difícil lanzamiento de falta desde larga distancia, esbozando seguramente lo que ocho minutos después lograría: el gol de la victoria, que aliviaría el habitual patiment que tiempo atrás sólo servía para observar un negativo marcador.