Satisfecho por la diana conquistada ante el Murcia en el feudo de La Nucía, pero principalmente por la respuesta del colectivo a la exigencia que marca el desarrollo de la pretemporada. Así se muestra Morales tras priorizar parte de la atención del cuarto ensayo del verano efectuado en las instalaciones de la Ciudad Deportiva Camilo Cano ante un adversario con pedigrí, pese a su condición de equipo vinculado a la categoría de Bronce. “Estos goles sirven para coger confianza”, admite enfatizando el componente anímico que conlleva el gol, desde un prisma más personal, antes emitir una lectura y una valoración de raíz más gremial. “Lo más importante es que estamos realizando un buen trabajo”. El Comandante descubre nuevos componentes de relevancia, a su juicio, inherentes a la cita de ayer en tierras alicantinas. Oier se convirtió en un muro infranqueable a las acometidas de los jugadores murcianos. “Fue un partido mucho más complicado, el Murcia tiene un buen equipo y jugadores con experiencia. Dejamos la portería a cero y eso va a ser vital este año”.

Morales conoce la trascendencia que adquiere este período que antecede al inicio de un curso que ya se divisa. El Villarreal adquiere lustre y consideración en tal sentido. El retorno a la Primera División implica la disputa de un duelo mayúsculo ante el Submarino Amarillo. El encuentro está programado para el lunes 21 de agosto a las 20:15 en el Ciutat de València. El atacante desdramatiza la circunstancia de cerrar la jornada inaugural. “Nos ha tocado jugar en lunes y podremos ver lo que ya han hecho nuestros rivales”, lanzó con una sonrisa en los labios. No obstante, el discurso cambia. Hay un deseo que comienza a tomar forma. “La gente irá al Estadio. Queremos empezar bien. Espero que sea un partido que nos permita sumar los tres puntos en nuestro casillero”.

Lo cierto es que la estela del Villarreal no se pierde. El Levante y la entidad castellonense tienen una cita en El Collao de Alcoy el próximo domingo. El destino es, en ocasiones, conlleva un espíritu burlón. Sin embargo, establece diferencias, pese a que cataloga al Villarreal como “un hueso duro”. “El ritmo se coge jugando partidos. La pretemporada pide exigencia y máximo nivel”, comenta acentuando el contenido que destila el enfrentamiento dominical en el coliseo alcoyano. La máxima categoría marca su pensamiento. “El año pasado está ahí. Hicimos una buena temporada. Fuimos muy constantes y al final en cuanto a puntos se notó. Este año volvemos donde el equipo merece estar y esperamos seguir muchos años más”.